El proyecto comunitario LUPA emplea a perros para componer el rompecabezas de las patologías genéticas humanas
La comunidad científica ha intentado sin descanso desentrañar los misterios que se esconden tras las patologías genéticas, pero las causas son tan complejas que es difícil encontrar respuestas. Ahora un grupo de investigadores afirma que los perros pueden ayudar a solucionar el problema. A pesar de que la complejidad genética de los canes es menor, sufren las mismas enfermedades que los humanos. El proyecto LUPA, de idéntico nombre al de la loba que amamantó a los gemelos fundadores de Roma, recibe fondos comunitarios por valor de 12 millones de euros y concluirá en 2012. Los socios del proyecto, de doce países europeos distintos, recopilarán datos de un análisis de asociación pangenómico y diez mil muestras de ADN de perros con pedigrí, algunos sanos y otros que sufren enfermedades que también afectan a los humanos. En los últimos años se han diagnosticado más de doscientas enfermedades genéticas. La población canina está compuesta por cuatrocientas razas de perros, en la que cada una supone un aislado genético con características únicas. La menor complejidad genética resulta de la endogamia. Los marcadores de polimorfismo de nucleótido simple (SNP) necesarios para llevar a cabo un escáner del genoma al completo se dividen al menos por diez. Los SNP son variaciones de la secuencia de ADN que suceden cuando se altera un nucleótido simple en la secuencia del genoma. Los investigadores, especialistas en el campo de la genómica, compararán el genoma de perros afectados con el de otros sanos de la misma raza. Su objetivo serán los genes responsables de al menos dieciocho patologías, como el cáncer y las enfermedades coronarias, agrupadas en cinco paquetes de trabajo (PT). El PT1 describe cuatro tipos de cáncer, el PT2 tres trastornos cardiovasculares, el PT3 cuatro afecciones inflamatorias, el PT4 trastornos neurológicos y el PT5 trastornos simples (monogénicos). «Hemos decidido centrarnos en ciertas áreas y normalizar la caracterización de estas enfermedades», declaró el profesor Leif Andersson de la Universidad de Uppsala (Suecia). El equipo de investigación utilizará el ADN de las distintas razas de animales en varios países. «Una vez encontrado el gen, planean comprobar qué función desempeña en los humanos», explicó Michel Georges, profesor de la Universidad de Lieja (Bélgica) y director del proyecto LUPA. Las razas incluidas en el proyecto son el Golden Retriever y el Pastor Alemán en el caso del cáncer, el Cocker Spaniel Inglés para la conducta agresiva y el Doberman y el Boxer para los trastornos hipotiroideos. Los perros incluidos en el estudio de las enfermedades cardiovasculares son el Gran Danés y el Lobero Irlandés, mientras que el galgo y el Collie forman parte del grupo de los trastornos monogénicos. Las muestras de ADN se trasladarán a un centro de genotipado de SNP de alto rendimiento en el que los genotipos se almacenarán y estarán a disposición de los científicos que trabajan en el proyecto. El análisis del genoma de los perros afectados ayudará a los investigadores a identificar los genes implicados en el mecanismo de estas enfermedades y a ampliar sus conocimientos sobre las vías patológicas, informó el grupo. Los resultados obtenidos en LUPA serán beneficiosos para la medicina humana y contribuirán al progreso de la investigación médica. El modelo de perro utilizado en LUPA desempeñará un papel fundamental en el conocimiento de la patogénesis de las enfermedades humanas comunes. También participan en LUPA Dinamarca, Francia, Alemania, Noruega, Suiza y Reino Unido.