European Commission logo
español español
CORDIS - Resultados de investigaciones de la UE
CORDIS

Article Category

Noticias
Contenido archivado el 2023-03-06

Article available in the following languages:

Científicos italianos investigan la salud de los bebés de madres presas

Investigadores en Italia han estudiado por primera vez la salud de los niños nacidos de madres encarceladas. Para ello examinaron el diario clínico de niños que habían vivido en prisión durante un año y medio entre 2003 y 2005. Los resultados del estudio, publicados en la revi...

Investigadores en Italia han estudiado por primera vez la salud de los niños nacidos de madres encarceladas. Para ello examinaron el diario clínico de niños que habían vivido en prisión durante un año y medio entre 2003 y 2005. Los resultados del estudio, publicados en la revista Scandinavian Journal of Public Health, sugieren que estos niños representan un grupo vulnerable que requiere cuidados sanitarios específicos. De acuerdo con la legislación italiana, a los niños nacidos de madres que cumplen penas de prisión o que esperan juicio se les permite vivir en «zonas nido» especiales situadas en los centros penitenciarios. No obstante, a pesar de la proximidad a sus madres, existe un inconveniente: los niños han de permanecer entre los muros de la prisión. A finales de 2005, eran unos cien los niños de hasta tres años que vivían con sus madres en estas condiciones. El Parlamento Italiano, en 2006, indultó a muchas mujeres encarceladas para reducir su número. Los investigadores, del Instituto de Clínica Pediátrica de la Universidad Católica de Roma Policlinico Agostino Gemelli, evaluaron la salud de los niños que habitaban en «Casa di reclusione di Roma Rebibbia», el mayor recinto carcelario de la capital italiana. La muestra se compuso de 150 niños. Los científicos utilizaron a modo de comparación los datos de otros 150 niños de la misma edad que habían acudido a consultas pediátricas del Hospital Gemelli y de 91 niños de padres inmigrantes y domiciliados en Italia. Ninguno de los dos grupos vivía en prisión. Los investigadores midieron la edad gestacional (el tiempo transcurrido entre la concepción y el nacimiento) y descubrieron que era menor a 37 semanas (duración media de un embarazo) en el 20% de los niños que habían vivido en una prisión, en oposición al 9% de los niños de padres inmigrantes y a tan sólo el 5% de niños italianos. «No cabe duda de que los factores de riesgo ambientales desempeñan una función importante», explicó el Dr. Pietro Ferrara del Instituto de Clínica Pediátrica, coautor del estudio. «A menudo, las mujeres que acaban en prisión sufren infecciones, sus hábitos no son los correctos, consumen tabaco o estupefacientes, y con frecuencia no se le presta el cuidado debido al embarazo.» El amamantamiento es otro elemento clave según los investigadores. Casi el 70% de las madres de los tres grupos amamantaron a sus bebés. La mayoría de las madres desean cuidar de sus hijos, afirman los expertos, pero el destete se adelanta en los bebés criados en la cárcel. «El destete prematuro puede crear una predisposición a la hipertensión y la obesidad», comentó el Dr. Ferrara. «Una interrupción precoz del contacto con la leche materna puede provocar también sensibilidad a antígenos de los alimentos, lo que puede predisponer al bebé a alergias y aumentar el riesgo de intoxicación por sustancias como conservantes o colorantes», añadió. «En realidad, en los recién nacidos los procesos de desintoxicación no se encuentran perfectamente desarrollados.» Los investigadores manifestaron que el factor que más diferencia a los niños que se encuentran en prisión de los nacidos fuera de ella es la inmunización. «Cuando nos percatamos de este hecho, nos quedamos realmente sorprendidos. En los niños italianos la tasa vacunación es casi del 100%, lo que significa que casi todos reciben correctamente las vacunas necesarias», indicó el Dr. Ferrara. «Los niños de inmigrantes, a pesar de sufrir dificultades logísticas y culturales mayores, alcanzan una tasa superior al 80%. En cambio, el porcentaje de niños que viven en cárceles y que han sido vacunados adecuadamente no supera el 14%», aclaró. «Es evidente que estamos hablando de pocos niños en total, pero no olvidemos que el riesgo al que se exponen estos pequeños es elevado». A pesar de estas preocupantes cifras, los investigadores se muestran optimistas de cara al futuro. «En primer lugar porque hemos comprobado que hoy en día incluso en prisión existe un buen nivel de cobertura sanitaria», afirmó el Dr. Ferrara, y añadió que los médicos están adoptando medida preventivas. A las madres se les enseña ahora a destetar a los niños y se les explica el correcto proceso de vacunación. Los datos más recientes muestran que la cantidad de niños vacunados se ha duplicado. «Por supuesto hay margen de mejora, pero no hemos de olvidar que los niños están en prisión una cantidad de tiempo variable y no es sencillo realizar un seguimiento cuando abandonan el recinto.» El Dr. Ferrara señaló que se puede profundizar en esta investigación, la cual se encuentra en sus primeras etapas. No obstante, indicó que la asistencia preventiva y terapéutica en prisión está mejorando.

Países

Italia