Skip to main content
Ir a la página de inicio de la Comisión Europea (se abrirá en una nueva ventana)
español español
CORDIS - Resultados de investigaciones de la UE
CORDIS

Article Category

Contenido archivado el 2023-03-06

Article available in the following languages:

Investigadores europeos se proponen mejorar la protección frente a los plaguicidas

Si se tiene en cuenta que cada año se emplean unas 80.000 toneladas de plaguicidas en labores de fumigación, es inevitable pensar que los agricultores acabarán por verse afectados. No obstante, el panorama en la fumigación de plaguicidas ha cambiado bastante con el tiempo y Eu...

Si se tiene en cuenta que cada año se emplean unas 80.000 toneladas de plaguicidas en labores de fumigación, es inevitable pensar que los agricultores acabarán por verse afectados. No obstante, el panorama en la fumigación de plaguicidas ha cambiado bastante con el tiempo y Europa ha instaurado normas relativas a la seguridad para los fumigadores, la sociedad en general y el medio ambiente. Sólo en 2005, en Francia estuvieron expuestos a plaguicidas un total de 800.000 agricultores. En este país, el instituto público de investigación Cemagref, y en concreto su unidad de «Investigación sobre tecnologías para la seguridad y el rendimiento de la maquinaria agrícola» (Technologies pour la sécurité et les performances des agroéquipements), está estudiando la exposición a los productos fitosanitarios de quienes trabajan como fumigadores. Su último proyecto está basado en un estudio experimental de 2006 centrado en huertos de manzanos que requerían unos treinta tratamientos fitosanitarios cada año. Los objetivos principales de aquel estudio consistían en la obtención de información sobre la exposición a productos sanitarios por parte de los fumigadores y su grado de contaminación, y en la mejora de los habitáculos que protegen a éstos durante la fumigación. En el nuevo estudio, Sonia Grimbuhler y su equipo examinaron el uso de plaguicidas entre 250 agricultores que cultivaban manzanas y recabaron sus impresiones acerca de los riesgos que ello conllevaba. Conforme a una serie de tipologías establecidas previamente, la Sra. Grimbuhler catalogó las prácticas más comunes y las clasificó según el grado de contaminación que implicaban. Los investigadores siguieron un planteamiento innovador, por cuanto realizaron las mediciones procurando ajustarse al máximo a la verdadera exposición a los productos fumigados que recibía cada operario, es decir, la que se produce por contacto directo y por inhalación. El mancozeb y el captan, dos fungicidas, fueron los productos estudiados, al ser los más comunes en las plantaciones de manzanos. Los científicos midieron la contaminación cutánea colocando parches en distintas partes del cuerpo de los agricultores, principalmente en la piel, ropa de trabajo y guantes. Además, tomaron muestras de aire de la nariz y la boca de cada individuo. Se realizaron controles en tres fases de empleo de fungicidas: mezcla, fumigación y limpieza de la maquinaria. Según los investigadores, los datos recabados proporcionarán información precisa sobre los niveles verdaderos de exposición de los fumigadores a los productos sanitarios de cara a estudios epidemiológicos. Una de las maneras más eficaces para que los operarios comprendan mejor el modo de mejorar las técnicas que siguen es mostrarles gráficamente cuáles son las zonas del cuerpo más expuestas. Según la investigación, desde el punto de vista técnico, lo más recomendable es que durante la fumigación el operario se encuentre en una cabina presurizada y provista de un filtro de aire. La Sra. Grimbuhler y su equipo también realizaron una caracterización de la distribución granulométrica de los productos durante la pulverización cuando se usaban y no se usaban cabinas presurizadas y/o con acondicionamiento del aire. Los investigadores instalaron impactadores de cascada de ocho etapas dentro y fuera de la cabina, a la altura de la nariz y la boca del operario. De este modo pudieron realizar un análisis cromatográfico de los residuos químicos, los cuales sirvieron para evaluar la protección que proporcionan los modelos de cabina que están actualmente a la venta. Cemagref divulgará los resultados del estudio en los próximos meses. También se está gestando un programa informativo dirigido a operarios en el que se orienta sobre las formas de protegerse al usar productos fitosanitarios. La Sra. Grimbuhler ha diseñado un sistema simple basado en un código de colores que facilita la comprensión, por parte de los usuarios, de los riesgos que implica la exposición a los productos químicos.

Países

Francia

Artículos conexos

Mi folleto 0 0