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Necesaria una reforma de la política del uso del suelo para combatir las emisiones de gases de efecto invernadero

Una nueva investigación sugiere que las emisiones de metano procedentes del ganado y las de óxido nitroso de las explotaciones agrícolas en Europa son equilibradas por la absorción de dióxido de carbono realizada por los sumideros que componen los bosques, praderas y turberas ...

Una nueva investigación sugiere que las emisiones de metano procedentes del ganado y las de óxido nitroso de las explotaciones agrícolas en Europa son equilibradas por la absorción de dióxido de carbono realizada por los sumideros que componen los bosques, praderas y turberas del continente. Sin embargo, es probable que la tendencia ascendente de la agricultura intensiva y la tala de bosques convierta el suelo europeo en una fuente importante de gases de efecto invernadero, según se advierte en un artículo de la revista Nature Geoscience. Para remediar esta situación, el desarrollo de políticas de gestión del suelo encaminadas a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero debe establecerse como prioridad. Estas conclusiones proceden del proyecto financiado con fondos comunitarios CARBOEUROPE («Evaluación del balance de carbono terrestre europeo»), cuyo objetivo es comprender, calcular y predecir el balance del carbono terrestre en Europa. CARBOEUROPE recibió una financiación de 16,3 millones de euros mediante el área temática «Desarrollo sostenible» del Sexto Programa Marco (6PM) de la UE y cerca de 30 millones de euros de fuentes nacionales. Dirigidos por Detlef Schulze, del Instituto Max Planck de Biogeoquímica (Alemania), los investigadores del proyecto reunieron estimaciones de los flujos europeos de dióxido de carbono, metano y óxido nitroso producidos entre 2000 y 2005 para generar el balance de gases de efecto invernadero correspondiente a Europa. Sus análisis desvelaron la existencia de un sumidero de carbono en los bosques y praderas del continente que almacena 305 millones de toneladas de carbono cada año. Un sumidero de esta magnitud podría neutralizar una quinta parte de las emisiones procedentes del consumo de combustibles fósiles. Sin embargo, los terrenos agrícolas y los drenajes practicados en turberas emiten CO2, anulando parte del efecto de este sumidero. Además, se liberan otros gases de efecto invernadero debido al uso del suelo, inutilizando casi por completo el efecto del sumidero de carbono. Esto significa que el suelo europeo sólo elimina alrededor del 2% de las emisiones de gases de efecto invernadero producidas por los hogares, el transporte y la industria. Para realizar sus cálculos, el proyecto CARBOEUROPE desarrolló un programa de observación y modelización que ofrece una mayor resolución espacial y temporal. El proyecto también investiga los mecanismos básicos de control del ciclo del carbono en los ecosistemas europeos. Para realizar su trabajo, los investigadores calcularon los flujos biológicos de gases de efecto invernadero de dos formas. En primer lugar separaron los flujos industriales y geológicos de los atmosféricos. En segundo lugar, midieron la absorción y emisión de CO2 en bosques, praderas, tierras de cultivo y turberas y los extrapolaron a toda Europa teniendo en cuenta cambios en el uso de suelo, el comercio de madera y alimentos, el transporte fluvial, la oxidación del metano y la extracción de turba. Parte de los investigadores dedicados al proyecto utilizaron una metodología novedosa que incluyó inventarios de bosques rusos, nuevos modelos de tierras de cultivo y estimaciones actualizadas de la transpiración de los bosques, así como las pérdidas y ganancias de carbono en el suelo tras un cambio en el uso del mismo. «Estos descubrimientos muestran que si pretendemos que el suelo europeo contribuya a mitigar el calentamiento global, es necesario cambiar la gestión actual del mismo», admitió el profesor Schulze. «El metano y el óxido nitroso son dos gases de efecto invernadero realmente potentes y hemos de gestionar el suelo para reducir su emisión.»

Países

Alemania

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