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La segunda mano es más barata pero causa estragos en el medio ambiente

Los países en desarrollo compran bienes de segunda mano como fábricas y herramientas de Europa y Estados Unidos para ahorrar dinero y sacar provecho a artículos que aún son demasiado jóvenes para acabar en la basura. ¿Pero ha reparado alguien en lo que estos productos causan a...

Los países en desarrollo compran bienes de segunda mano como fábricas y herramientas de Europa y Estados Unidos para ahorrar dinero y sacar provecho a artículos que aún son demasiado jóvenes para acabar en la basura. ¿Pero ha reparado alguien en lo que estos productos causan al medio ambiente? En un artículo de próxima publicación en el International Journal of Global Environmental Issues, investigadores de Francia y Luxemburgo afirman que la exportación de viejas herramientas y tecnologías al extranjero ha evitado que muchos países adopten tecnología que no contamine y sea menos nociva para el medio ambiente. El Dr. Benteng Zou y el estudiante de postgrado Luisito Bertinelli de la Universidad de Luxemburgo, junto con el profesor Eric Strobl de la École Polytechnique de Francia, compararon tecnologías anticuadas y nuevas y la contaminación que generan en el mundo en desarrollo. La investigación muestra que la compraventa de viejas herramientas y equipos ha impulsado el crecimiento en el mundo en desarrollo en los últimos años. La razón principal de la decisión de estos países de recurrir a este comercio es que carecen de capital. Comprar artículos de segunda mano les ha servido de gran ayuda porque de este modo han podido obtener tecnología que antes no estaba disponible. Sin embargo, el problema al comprar herramientas y equipos más antiguos es que conllevan más esfuerzo físico para el usuario. Estas tecnologías no sólo requieren más trabajo de reparación, afirman los investigadores, sino que también están menos automatizadas. Otra desventaja radica en que comprar tecnología más antigua en la práctica dispara el nivel basal de contaminación y retrasa la llegada de una disminución de los niveles de contaminación. «Nos proponíamos modelar de qué forma la decisión de adoptar tecnología más antigua y contaminante afecta a la relación entre el desarrollo económico y la contaminación», informan los investigadores. El equipo utilizó un sistema económico denominado «vintage capital structure». Este sistema básicamente examina los distintos recursos y niveles de contaminación. Lo extraordinario de este modelo es que permite a los investigadores determinar cuándo sustituir herramientas y equipos anticuados por tecnología más nueva e innovadora. El sistema también les permite evaluar cómo repercutirán los cambios en la contaminación. «Considerando que la tecnología más antigua es más nociva para el medio ambiente, la decisión de cuándo desecharla y qué tipo de tecnología (usada o nueva) adoptar [en su lugar] probablemente será un determinante importante de la cantidad de contaminación generada», señalan los investigadores. En lo referente a la creación de políticas, los investigadores sostienen que a los países que optan por tecnología más antigua puede costarles menos a corto plazo, pero que notarán el peso de sus decisiones a largo plazo. Advierten que sus decisiones podrían provocar el aumento de los niveles de contaminación y retrasar la llegada a una fase de crecimiento sostenido. «Por lo tanto, las presiones sobre los países en desarrollo para reducir sus barreras a la importación de artículos usados deben sopesarse con el coste de la contaminación adicional inducida por el uso de tecnología más antigua», subrayan los investigadores.

Países

Francia, Luxemburgo

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