Científicos europeos explican la introducción de los frutos secos en nuestra dieta
El hambre impulsa a consumir alimentos nunca antes probados, y así parece que les sucedió a nuestros antepasados hace más de dos millones de años, según indica un estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS). Un equipo internacional de científicos ha descubierto que las adaptaciones alimenticias y nutricionales desempeñaron una función básica en la evolución de los primeros humanos sobre la Tierra. Los hallazgos son fruto del proyecto EVAN («Red virtual europea de antropología»), financiado con 3,3 millones de euros a través de las Acciones Marie Curie: Recursos Humanos y Movilidad pertenecientes al Sexto Programa Marco (6PM) de la UE. Dirigidos por el profesor Gerhard W. Weber del Departamento de Antropología de la Universidad de Viena (Austria), los investigadores descubrieron que nuestros ancestros probablemente se decidieran a consumir frutos secos y semillas debido a la falta de otra fuente de alimento. Su artículo publicado en PNAS es el primero de una serie dedicada a la investigación de los hábitos alimenticios de primates y Australopithecina (primates hominoideos ya extintos pertenecientes al género Australopithecus conocidos a través de fósiles del Pleistoceno). Según los científicos, la capacidad para consumir alimentos difíciles de digerir pudo haber supuesto una adaptación ecológica importante. Su trabajo ha revelado que el esqueleto facial del Australopithecus africanus, un ancestro humano sudafricano de unos dos millones de años de antigüedad, estaba preparado para consumir este tipo de alimentos masticándolos con sus premolares. Sin embargo, los investigadores indicaron que la consumición de alimentos pequeños o grandes cantidades de comida no explica por completo la evolución facial del A. africanus. «En realidad, es probable que ciertos aspectos clave de la morfología craneofacial del Australopithecus estén relacionados con la ingestión y preparación previa de alimentos de gran tamaño protegidos por cáscaras como frutos secos y semillas grandes», se indica en el artículo. Los investigadores, procedentes de Austria, Alemania y Estados Unidos, emplearon tecnología de última generación en este trabajo. El profesor Weber y su equipo prepararon un paquete de herramientas a partir de su grupo de trabajo «Virtual Anthropology» (VA), mientras que científicos de la Universidad de Albany (Estados Unidos) llevaron a cabo un análisis de elementos finitos (AEF), un método ideado en 1943 para determinar la respuesta a cargas de objetos de geometrías complejas. En primer lugar, el equipo de Viena reconstruyó un modelo tridimensional fidedigno del cráneo fósil. Éste se analizó mediante tomografía computerizada y se obtuvieron copias digitales para medirlas y trabajar con ellas en un entorno electrónico, según informan los investigadores. Una característica interesante de este método consiste en que permite extraer estructuras pétreas incrustadas sin dañar los originales. «Tuvimos la suerte de contar con dientes de otro espécimen muy similar para reconstruir la cara desdentada de la "Sra. Ples", como se ha dado en llamar a este fósil», informó el profesor Weber. El estudio indicó que el A. africanus podría haber ampliado su dieta con semillas y frutos secos ante la escasez de los alimentos que la componían normalmente. «Nuestro trabajo resuelve contradicciones aparentes entre distintas reconstrucciones dietéticas basadas en análisis de la biomecánica, morfología dental y el "microdesgaste" [el estudio microscópico de indicios de desgaste y roturas en los dientes]», informan los autores. El proyecto EVAN está coordinado por el profesor Weber y reúne a investigadores y entidades privadas de Austria, Alemania, Grecia, España, Francia y el Reino Unido. Los objetivos principales de EVAN son la generalización de las técnicas empleadas a toda Europa y la formación de investigadores jóvenes. La investigación servirá para mejorar la tecnología de implantes y la planificación del diagnóstico y tratamiento médico, así como para ampliar conocimientos relativos al crecimiento humano. En último término mejorará la calidad de vida de los europeos.
Países
Austria, Alemania, Estados Unidos