La influencia de los movimientos en el estado de ánimo
Investigadores de la Universidad Radboud de Nimega (Países Bajos) han descubierto que acciones sencillas como levantar o bajar un objeto pueden ser importantes a la hora de recordar momentos felices o tristes. Los resultados del estudio se han publicado en la revista Cognition. Los investigadores llevaron a cabo una serie de pruebas para dilucidar si las acciones motrices pueden influir en los recuerdos negativos y positivos de una persona y en lo que son capaces de recordar. Pidieron a unos voluntarios que movieran unas cuentas de una caja a otra situada a distinta altura. El hecho de desplazar las cuentas hacia arriba propiciaba el recuerdo de experiencias más felices y positivas, mientras que el movimiento descendente les hacía recordar menos momentos y ocasiones alegres. Para comprobar las posibles relaciones entre la percepción del espacio y las emociones, el equipo pidió a los voluntarios que relatasen recuerdos autobiográficos mientras manipulaban las cuentas. «Descríbame una ocasión en la que se sintió orgulloso de sí mismo» o «Cuénteme una situación en la que sintió vergüenza» son dos ejemplos utilizados en la prueba. Los participantes contaron sus recuerdos positivos con mayor rapidez cuando movían cuentas hacia arriba y con mayor lentitud cuando las bajaban. Los investigadores llevaron a cabo una segunda serie de pruebas para comprobar si las acciones motrices podrían también influir en el tema de los recuerdos. Se formularon varias peticiones a los voluntarios, por ejemplo «Cuénteme algo que le haya pasado durante la secundaria», ante lo cual los sujetos podían elegir entre una historia feliz o una triste. De nuevo se constató que el sentido del movimiento de las cuentas influía en los recuerdos. El ascendente hizo revivir recuerdos como la obtención de premios, mientras que el descendente se asoció a aspectos negativos como un suspenso en un examen. Las pruebas mostraron que ciertos movimientos en apariencia intranscendentes pueden evocar momentos tristes o alegres y que asociamos la felicidad o la tristeza con metáforas espaciales, como «estar en la cima» o «en el séptimo cielo», expresiones comunes que denotan un estado mental positivo, mientras que para indicar uno negativo se dice «estar hundido» o «de capa caída». Estas metáforas lingüísticas indican que establecemos conexiones entre estados emocionales y palabras referentes al espacio. «Los datos sugieren que las metáforas espaciales emocionales no son una mera cuestión lingüística», afirmó el director del equipo de investigación, Daniel Casasanto, de la Universidad Radboud de Nimega. «Estas metáforas lingüísticas hacen referencia a otras mentales y la activación de la metáfora mental "bueno es arriba" puede evocar pensamientos más positivos.» Si fuera tan sencillo motivar pensamientos positivos, se abrirían posibilidades atractivas y beneficiosas para el campo de la salud mental. En palabras del Dr. Casasanto: «Quién sabe, sería maravilloso que esta investigación fundamental pudiera ayudar a pensar de forma más positiva más allá del laboratorio.»
Países
Países Bajos