Nuevos indicios sobre la desaparición de los neandertales
Investigadores de Rusia opinan que un cambio climático provocado por erupciones volcánicas masivas en la antigüedad fue la causa de la extinción de los neandertales y allanó el camino para que el humano moderno prosperase en Europa y Asia. Esta hipótesis se basa en los resultados de excavaciones realizadas recientemente en una cueva del sur de Rusia que han revelado capas de cenizas volcánicas que coinciden en antigüedad con fenómenos volcánicos de gran envergadura ocurridos hace alrededor de 40.000 años. En el número de octubre de la revista Current Anthropology se ha publicado un artículo sobre su investigación. Ésta fue coordinada por Liubov Vitaliena Golovanova y Vladimir Borisovich Doronichev, del Laboratorio de Prehistoria ANO de San Petersburgo (Rusia), quienes analizaron las dos capas de cenizas volcánicas halladas en la cueva de Mezmaiskaya (en las montañas del Cáucaso), un yacimiento donde se ha encontrado gran cantidad de huesos y utensilios de neandertales. «Nuestra opinión es que la desaparición de los neandertales fue repentina (en términos geológicos) y posterior a la actividad volcánica más intensa registrada en la Eurasia occidental durante el periodo de la historia evolutiva en la que vivieron los neandertales», afirman los investigadores. «Esta catástrofe no sólo destruyó por completo los hábitats ecológicos de las poblaciones de neandertales; también provocó una despoblación física masiva.» Según indican, las capas geológicas donde se hallaron las cenizas presentaban indicios de un cambio climático repentino y posiblemente devastador. Además, las muestras de sedimentos de las dos capas sugerían concentraciones de polen llamativamente más bajas a las de las capas aledañas. Los autores lo atribuyen al paso drástico a un clima más frío y seco y aclaran que en Mezmaiskaya no encontraron vestigios neandertales posteriores a las erupciones. Las capas de ceniza se corresponden cronológicamente con la llamada supererupción Campaniano Ignimbrita, que se produjo hace unos 40.000 años en lo que hoy es Italia, y se cree que una erupción de menor envergadura pudo ocurrir en la misma época en el Cáucaso. Los investigadores sospechan que estas erupciones habrían provocado un «invierno volcánico», es decir, nubes volcánicas que habrían limitado la luminosidad solar, situación que podría haberse prolongado muchos años. Esta alteración climática habría destruido los ecosistemas de la región, «lo cual pudo causar la muerte en masa de homíninos y animales de presa y una modificación radical de los territorios de recolección». Las incógnitas en relación con la desaparición de los neandertales y el aparente surgimiento de forma paralela de los humanos modernos azuzaban la curiosidad de los antropólogos. Con el tiempo se han propuesto diversas hipótesis, entre ellas que su baja densidad de población les hizo vulnerables, que su falta de habilidades tecnológicas les impidió superar la glaciación, o que su dieta podría haber sido muy limitada y por tanto habrían sido menos adaptables que otras especies a los cambios. Otros responsabilizan al humano moderno de la desaparición de los neandertales e incluso hay quien los culpa de haberlos matado a pedradas. Sin embargo, el estudio referido sugiere que quizás los neandertales sencillamente se encontraron en un lugar fatídico en un momento inoportuno. «Los primeros humanos modernos ocuparon la parte más meridional del oeste de Eurasia y África, por lo que se salvaron de la mayor parte de los efectos directos de las erupciones», aventuran los investigadores. Si bien los avances en las técnicas de caza y su estructura social sin duda favorecieron la supervivencia de los humanos modernos en su migración hacia el norte, «quizás resultaron beneficiados también del vacío dejado por los neandertales en Europa, pues les habría facilitado la colonización de un territorio más amplio y también el asentamiento de poblaciones sólidas de origen en la zona septentrional de Eurasia.» A pesar de todo, los autores aclaran que este trabajo dista de ser el final de sus investigaciones y que para comprobar a fondo la hipótesis volcánica se necesita más información de otras regiones de Eurasia. La cueva de Mezmaiskaya ofrece «indicios complementarios sustanciales» a favor de la hipótesis de la extinción por actividad volcánica, concluyen.
Países
Rusia