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Ordenadores para interpretar el lenguaje corporal

Un grupo de científicos financiados con fondos comunitarios ha creado una serie de soluciones innovadoras que tratan desde la seguridad en escaleras mecánicas hasta la comunicación entre humanos y ordenadores. El proyecto MIAUCE («Análisis y exploración de interacciones multim...

Un grupo de científicos financiados con fondos comunitarios ha creado una serie de soluciones innovadoras que tratan desde la seguridad en escaleras mecánicas hasta la comunicación entre humanos y ordenadores. El proyecto MIAUCE («Análisis y exploración de interacciones multimodales de usuarios en un entorno controlado») recibió algo más de 2 millones de euros mediante el área temática «Tecnologías de la sociedad de la información» (TSI) del Sexto Programa Marco (6PM) para evaluar y desarrollar técnicas de análisis de comportamientos multimodales de usuarios en aplicaciones reales. Chaabane Djeraba, del Centro Nacional de Investigación Científica de Francia (CNRS) y coordinador del proyecto, explicó que él y su equipo imaginan un mundo en el que ordenadores ocultos a la vista anticipan las necesidades de la población y desarrollan varias aplicaciones que podrían funcionar en dicho universo. «El proyecto está motivado por el interés de incluir a los humanos en la interacción entre el ordenador y su entorno», indicó. «Ambicionamos una forma de inteligencia ambiental en la que los ordenadores estén ocultos por completo.» El profesor Djeraba indicó que esto implicaría la existencia de una «interfaz multimodal mediante la que las personas interactuarían con su entorno. El ordenador observa su comportamiento y extrae información útil para el usuario.» MIAUCE ha desarrollado prototipos concretos de tres tipos de aplicaciones. La primera controla la seguridad de aglomeraciones de gente en espacios como aeropuertos y centros comerciales mediante cámaras de vigilancia a modo de detectores de distintas situaciones como accidentes en las escaleras mecánicas. «La tecnología subyacente a esta investigación está basada en la visión informática», indicó el profesor Djeraba. «Extraemos información de vídeos. Esta es la tecnología básica y el método técnico que seguimos.» La grabación se analiza en tiempo real para extraer una jerarquía de características en tres niveles: comienza con una descripción matemática de formas, movimientos y flujos para pasar a descripciones de la densidad, velocidad y dirección de la aglomeración y, por último, el ordenador es capaz de decidir en qué momento la aglomeración pasa a ser «anormal» debido, por ejemplo, a que alguien se ha caído en una escalera mecánica y provocado una montonera que precisa intervención urgente. El equipo ha comenzado a trabajar con un fabricante de escaleras mecánicas para ampliar los sistemas de control existentes en aeropuertos internacionales. Si se puede identificar un fallo grave de forma automática los segundos que se ganan también podrían salvar vidas, según los investigadores. Otra aplicación de esta tecnología podría residir en el ámbito de la mercadotecnia, en concreto para estudiar el comportamiento de las personas en establecimientos comerciales. Para ello los investigadores están desarrollando dos productos: uno es un contador de personas para controlar los flujos de peatones en el exterior de una tienda, especialmente interesante para tiendas de ropa que deseen atraer a los transeúntes. Otro es un generador de mapas de calor para observar los movimientos de las personas dentro la tienda con el fin de que los encargados averigüen qué estanterías atraen más la atención de los clientes. La tercera aplicación creada por los científicos es una televisión en Internet interactiva que permite a los telespectadores elegir lo que desean ver. En el proyecto se utilizan cámaras web de los usuarios para estudiar sus rostros y determinar a qué parte de la pantalla miran. Los investigadores indican que los resultados podrían utilizarse para suministrar a los usuarios información que se corresponda con sus intereses. Esta última aplicación la está comercializando uno de los socios del proyecto, la empresa de software Tilde de Letonia. Estos avances plantean una gran cantidad de dudas éticas y legales, pero el profesor Djeraba indicó que su equipo los soluciona principalmente mediante el anonimato de la gente. «En términos generales el anonimato es el punto clave», explicó. «Si existe anonimato no hay problema, pero si no existe entonces sí que hay un problema.»