Un estudio muestra lazos ecológicos entre los cetáceos y los eufausiáceos
La Península Antártica alberga varios tipos de depredadores que se alimentan de Euphausia superb, una especie de invertebrados del Océano Antártico parecidos al camarón que viven en grandes acumulaciones. Hasta la fecha no existía mucha información sobre los lazos ecológicos entre cetáceos y estos animales ni constancia de superagregaciones de eufausiáceos en la Península Antártica Occidental. Ahora un equipo científico franco-estadounidense ha descubierto una densidad extremadamente alta de yubartas (Megaptera novaeangliae) alimentándose de una superagregación de eufausiáceos antárticos. Según se indica en el artículo publicado en la revista PLoS ONE, se trata de una de las mayores agregaciones de eufausiáceos avistadas en las últimas dos décadas y de la mayor densidad de yubartas jamás documentada. Científicos del Laboratorio de Oceanografía Física y Biogeoquímica (LOPB) del Centro Nacional de Investigación Científica de Francia (CNRS) y de la Universidad del Mediterráneo (Francia), y del Laboratorio Marino de la Universidad de Duke (Estados Unidos) indican que sus descubrimientos aportan nuevos datos sobre el efecto en la región del cambio climático abrupto. El equipo hizo un seguimiento de la superagregación de yubartas y eufausiáceos durante una expedición de seis semanas de duración en la Bahía Wilhelmina y aguas adyacentes. «Una agregación tan increíblemente densa de yubartas y eufausiáceos es inaudita en esta zona y época del año», informó el profesor Douglas Nowacek de la Universidad de Duke y autor principal del estudio. Estudios anteriores se centraron en los espacios de alimentación de las yubartas en aguas más alejadas de la costa durante el verano austral. Los científicos observaron 306 yubartas (5,1 por kilómetro cuadrado) en la Bahía Wilhelmina. Según ellos, es la mayor densidad jamás registrada. La biomasa de eufausiáceos se calculó en alrededor de 2 millones de toneladas. También advirtieron que sólo una décima parte de la bahía estaba cubierta por fragmentos de hielo de pequeño tamaño. Un año después de realizar las mediciones el equipo volvió a registrar densidades semejantes. Creen que el hielo marino solía cubrir la mayor parte de las bahías y fiordos de la península en invierno, protegiendo así las poblaciones de eufausiáceos y obligando a las yubartas a alimentarse en otras zonas. No obstante, el cambio climático abrupto producido en la zona en los últimos 50 años ha reducido la cubierta de hielo y ha pospuesto la fecha en la que éste cubre la superficie al completo, informó el profesor Nowacek. «La falta de hielo marino es positiva para los cetáceos a corto plazo, pues para ellas es como una "barra libre" cuando los eufausiáceos emergen a la superficie cada noche», apuntó Ari Friedlaender de la Universidad de Duke, otro de los autores del estudio. «Pero a largo plazo no se trata de un fenómeno positivo ni para las dos especies ni para cualquier otra criatura del Océano Antártico que dependa de los eufausiáceos.» Los eufausiáceos migran durante el otoño austral desde el mar abierto hasta las bahías y fiordos ricos en fitoplancton. Aquí, los bancos encuentran protección bajo la cubierta de hielo y los juveniles se alimentan y crecen. «Los cambios en la estructura física del ecosistema marino alrededor de la Península Antártica han podido tener efectos intensos no sólo en la abundancia de eufausiáceos y misticetos, sino también en las interacciones ecológicas entre todos los depredadores de eufausiáceos y la propia presa», apuntan los autores en el artículo. «Nuestras observaciones indican que las yubartas y su presa generan superagregaciones a finales de otoño en las bahías y fiordos de la Península Antártica Occidental. Los trabajos dedicados a registrar la distribución, abundancia y dinámica de estas ballenas deberían tener en cuenta estas agregaciones de gran tamaño.» Próximamente, los investigadores se proponen determinar cómo afectan los cambios en la cubierta de hielo a la ecología de alimentación de las yubartas y otros depredadores a corto plazo y a las dinámicas de las poblaciones de eufausiáceos a largo plazo. La comunidad científica también muestra su preocupación por la cada vez mayor presión que ejerce la pesca comercial de eufausiáceos. «Si no se tienen en cuenta los efectos del cambio climático en estas dinámicas se reducirá nuestra capacidad para comprender los cambios en la biomasa existente de eufausiáceos en la Antártida y también para predecir la recuperación de las poblaciones de grandes mamíferos marinos tras un siglo de sobreexplotación y mala gestión», concluyeron los autores. Al estudio contribuyeron investigadores del Instituto Conjunto de Investigación Marina y Atmosférica de la Universidad de Hawái y de la Universidad de Massachusetts (Estados Unidos).Para más información, consulte: PLoS ONE: http://www.plosone.org/home.action Universidad de Duke: http://www.duke.edu/ Laboratorio de Oceanografía Física y Biogeoquímica (LOPB): http://www.com.univ-mrs.fr/LOB/
Países
Francia