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Cómo respiran las arañas debajo del agua

La araña Argyroneta aquatica no tiene branquias, pero ha logrado adoptar un espacio subacuático como hábitat. Hasta ahora se desconocía cuánto tiempo estas arañas son capaces de permanecer sumergidas antes de reponer el aire de su «campana de buceo». Ahora un equipo de investi...

La araña Argyroneta aquatica no tiene branquias, pero ha logrado adoptar un espacio subacuático como hábitat. Hasta ahora se desconocía cuánto tiempo estas arañas son capaces de permanecer sumergidas antes de reponer el aire de su «campana de buceo». Ahora un equipo de investigadores de Alemania y Australia ha aclarado con qué frecuencia estas arañas salen a la superficie para tomar el necesario oxígeno. Como explican en la revista Journal of Experimental Biology, midieron la concentración de oxígeno en la burbuja de estas arañas y descubrieron que ésta les sirve como branquia que absorbe este gas del agua. De esta forma, las arañas sólo tienen que emerger fugazmente una vez al día para aprovisionarse de oxígeno. «Este animal es todo un icono», confesó el profesor Roger Seymour de la Universidad de Adelaida (Australia). «Yo la conozco desde niño por artículos en prensa generalista sobre charcas.» El profesor Seymour y Stefan Hetz de la Universidad Humboldt en Berlín (Alemania) investigaron esta araña, que teje una tela de seda en la vegetación bajo la superficie del agua y la llena con aire que transporta bajo su abdomen. Estas arañas viven siempre bajo la superficie del agua e incluso hacen las puestas en sus burbujas. Tras utilizar un optodo -un dispositivo que sirve para medir oxígeno- para averiguar de qué forma los insectos acuáticos logran extraer oxígeno del agua mediante diminutas burbujas de aire dispuestas en su abdomen, el profesor Seymour decidió utilizar el optodo en otras burbujas pequeñas. «Me vino a la mente la popular araña», explicó el profesor Seymour. Por su parte, el Dr. Hetz invitó a su colega australiano a trabajar en el laboratorio de la Universidad Humboldt para determinar la forma en la que estas arañas tan peculiares utilizan sus campanas de buceo. La pareja obtuvo un permiso para recoger este tipo de arañas del Río Eider, situado en el estado alemán de Schleswig-Holstein. Cabe reseñar que estas arañas son cada vez más escasas en Europa. «Mi costumbre es realizar distintas mediciones y dejarme sorprender, porque si se escucha a la naturaleza ésta cuenta mucho más de lo que es posible imaginar», aseveró el profesor Seymour, quien añadió que los investigadores reprodujeron en el laboratorio las condiciones de una charca de agua templada y estancada con vegetación en un día caluroso de verano. El objetivo era descubrir la forma en la que las arañas logran sobrevivir en las condiciones más difíciles. Los investigadores introdujeron un optodo en un burbuja de aire recién formada por una araña para observar su reacción. Según los investigadores, la araña permaneció en calma y les permitió medir el nivel de oxígeno. «Entonces se me ocurrió que podríamos utilizar la burbuja como un respirómetro» para determinar la cantidad de oxígeno consumida por la araña, indicó el profesor Seymour. Tras medir el oxígeno en el interior de la burbuja y en el agua circundante, los investigadores calcularon el flujo de oxígeno que entra en la burbuja antes de medir el consumo de oxígeno de la araña. Descubrieron que la araña podía extraer oxígeno de aguas completamente estancadas sin importar lo caluroso que fuera el día. También descubrieron que el metabolismo de la araña era bajo, lo que relacionaron con el también bajo metabolismo de otras arañas que acechan estacionarias hasta que pasa una presa. Descubrieron que, debido a la redifusión del nitrógeno al agua, la burbuja mengua y obliga a la araña a subir a la superficie para rellenarla. Tras medir la velocidad de difusión del nitrógeno al exterior de la burbuja, la pareja de científicos descubrió que las arañas podían permanecer bajo la superficie más de veinticuatro horas. «En la bibliografía anterior se sugería que la araña necesitaba emerger con una frecuencia de entre veinte y cuarenta minutos a lo largo del día», comentó el profesor Seymour. «A las arañas les conviene permanecer quietas durante tanto tiempo sin tener que reponer la burbuja, no sólo para protegerse de depredadores, sino para no alertar de su presencia a cualquier presa que pueda acercarse.»Para más información, consulte: Journal of Experimental Biology: http://jeb.biologists.org/ Universidad Humboldt de Berlín: http://www.hu-berlin.de/standardseite-en

Países

Australia, Alemania

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