El consumo de pescado en bebés reduce la incidencia de sibilancias, según un estudio
Una investigación realizada recientemente en Suecia señala que los bebés que consumen pescado antes de cumplir nueve meses de vida presentan un riesgo menor de padecer sibilancias en edad preescolar. No obstante, la situación puede ser distinta si se les ha tratado con algún antibiótico genérico durante su primera semana de vida o bien si la madre ha ingerido paracetamol durante la gestación. El estudio se publicará en el número de diciembre de la revista Acta Paediatrica. Los autores, pertenecientes al «Hospital Infantil Reina Silvia» de la Universidad de Gotemburgo, estudiaron una muestra de 4 171 familias escogidas al azar. Los encuestados respondieron a un cuestionario cuando su hijo tenía 6 meses, 12 meses y 4,5 años de vida. Los científicos pretendían dilucidar los factores de riesgo de la sibilancia en edad preescolar y comprobar la influencia del consumo de pescado y de la exposición temprana a antibióticos. También deseaban dirimir posibles diferencias entre la sibilancia provocada por múltiples factores y la sibilancia vírica transitoria. «La sibilancia transitoria es una afección clínica muy común en los niños en edad preescolar, y se necesita obtener un tratamiento médico más eficaz y una comprensión más precisa de los mecanismos relacionados», explicó la primera firmante del trabajo, la Dra. Emma Goksor de dicho hospital. «El propósito de nuestro estudio era el de identificar factores de riesgo importantes así como factores protectores en relación a esta afección. El análisis demográfico realizado indica que las respuestas recabadas en los cuestionarios eran a grandes rasgos representativas de la población en su conjunto, y consideramos que nuestros hallazgos ofrecen información de utilidad sobre tres importantes factores de la sibilancia en edad preescolar.» Los investigadores examinaron a niños que habían padecido al menos tres episodios de sibilancia en el último año y también a niños que no habían sufrido ninguno. En el estudio se incluyó tanto a niños a quienes se habían administrado corticosteroides para el asma como a otros que no. El grupo de niños con sibilancia se dividió entre los que sólo padecieron episodios víricos estando resfriados y los que padecieron sibilancia por múltiples factores, es decir, los que las sufrían además por causa de alérgenos, humo de tabaco o ejercicio físico. En total, el 20 % de los niños había padecido uno o más episodios de sibilancia, y el 5 % sibilancias transitorias en el último año. Cerca del 75 % había recibido tratamiento para el asma y más del 50 % había recibido diagnóstico de asma por un facultativo. En cuanto al consumo de pescado, los niños que sí lo habían comido antes de cumplir los 9 meses de vida presentaron un 50 % menos de probabilidades de sufrir sibilancias transitorias a los 4,5 años. El pescado más beneficioso era el blanco, seguido por el salmón y el pescado plano. Asimismo, los autores señalan que el hecho de haber sido tratado con un antibiótico genérico durante la primera semana de vida se asoció a un riesgo doble de sufrir sibilancia a los 4,5 años. Del grupo de niños que no habían sufrido sibilancias, sólo el 3,6 % había recibido antibióticos en su primera semana, por el 10,7 % de los que habían padecido al menos 3 episodios. El riesgo era más elevado entre los niños con sibilancias debidas a múltiples causas. Desde el punto de vista estadístico, los autores no hallaron ningún incremento significativo del riesgo de sufrir sibilancia vírica transitoria. Por lo que se refiere al uso del paracetamol, se observó que el 28,4 % de las madres lo habían ingerido durante el embarazo. Se descubrió que el porcentaje de niños con sibilancia expuestos al paracetamol en fase prenatal y que habían recibido medicación para el asma fue del 12,4 % y que la ingesta de paracetamol durante el embarazo incrementaba el riesgo en un 60 %. Los autores afirman que el efecto era notable en el grupo con sibilancias de múltiples factores, siendo el riesgo del doble. En palabras de la Dra. Goksor: «Nuestras indagaciones señalan a las claras que el pescado ejerce un efecto protector frente a la incidencia de sibilancias en edad preescolar. En cambio, el riesgo es mayor, sobre todo de cara a padecer sibilancias debidas a múltiples factores, si los niños reciben antibióticos durante su primera semana y si sus madres ingieren paracetamol durante la gestación.»Para más información, consulte: Acta Paediatrica: http://www.wiley.com/bw/journal.asp?ref=0803-5253 Universidad de Gotemburgo: http://www.gu.se/english
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Suecia