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El zinc no logra derribar las defensas de la malaria

Investigadores de Países Bajos y Reino Unido descubrieron recientemente que la inclusión de un suplemento de zinc en la dieta de los niños tanzanos, ya sea mediante dosis de varios o de un único nutriente, no genera un efecto protector contra la malaria. Los descubrimientos de...

Investigadores de Países Bajos y Reino Unido descubrieron recientemente que la inclusión de un suplemento de zinc en la dieta de los niños tanzanos, ya sea mediante dosis de varios o de un único nutriente, no genera un efecto protector contra la malaria. Los descubrimientos del estudio se han publicado en la revista PLoS Medicine. El zinc es un mineral básico para el organismo humano que contribuye a la salud y el buen funcionamiento del sistema inmunitario. Investigaciones anteriores habían sugerido que el zinc contribuye a reducir la diarrea. Investigadores de Gambia, Países Bajos, Tanzania y Reino Unido se propusieron comprobar si un suplemento de zinc sería beneficioso para luchar contra la malaria, sobre todo debido a que la mayoría de los niños en África presentan una deficiencia de este mineral. De obtener un resultado positivo se podrían reducir las muertes por malaria en África, donde se produce el 91 % de los casos según informes de la Organización Mundial de la Salud (OMS). La OMS además afirma que cerca de 650 000 personas murieron en 2010 en todo el mundo a causa de esta enfermedad y que el 86 % de todas estas muertes correspondieron a niños de menos de 5 años. Lamentablemente, el Dr. Hans Verhoef de la Universidad de Wageningen (Países Bajos) y de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres (Reino Unido) en cooperación con otros científicos ha descubierto que el zinc no influye en la protección contra la malaria en niños pequeños de África. Durante el estudio se realizaron cuatro ensayos en Burkina Faso, Gambia, Papúa Nueva Guinea y Perú. En ellas se repartieron de forma aleatoria los niños en cuatro grupos según el contenido de la dosis suministrada: 1) zinc; 2) zinc y multinutrientes; 3) multinutrientes sin zinc; o 4) placebo. De los 1 029 niños participantes en el estudio, sólo 612 con edades comprendidas entre los 6 meses y los 5 años se consideraron adecuados para el ensayo. Cada uno de ellos recibió un suplemento diario con la sustancia correspondiente a su grupo. Los resultados no ofrecen indicios de que el zinc o los multinutrientes modifiquen la incidencia de la malaria en comparación con el placebo, y ello a pesar de que durante el estudio los casos de deficiencia de zinc se eliminaron mediante un suplemento del mineral. Además se descubrió que los suplementos de multinutrientes podrían ejercer un impacto negativo debido a que aumentan el riesgo de malaria en niños con deficiencia de hierro. Según los investigadores, la tasa de incidencia de la malaria en los cuatro grupos fue muy similar, en torno a tres sucesos anuales. «Pese a la elevada prevalencia de deficiencia de zinc, un grado excelente de cumplimiento del protocolo y los escasos abandonos, el ensayo no arrojó indicios de que los suplementos preventivos de zinc, por sí mismos o en compañía de multinutrientes, redujeran la tasa de ataques febriles de malaria», informan los autores del estudio. «Hemos expuesto indicios de que los suplementos de multinutrientes podrían aumentar el riesgo de padecer malaria en niños con deficiencia de hierro, lo cual se suma a inquietudes anteriores al estudio sobre la seguridad de los suplementos de multinutrientes en zonas con malaria endémica, incluso en zonas con acceso a asistencia sanitaria y tratamientos adecuados. Tras sopesar los resultados de todos los ensayos en conjunto, se concluye que no existen indicios de que las intervenciones con zinc sirvan para reducir la malaria en niños africanos.» El origen de la malaria reside en un parásito llamado Plasmodium que se transmite a través de la picadura de mosquitos infectados. Estos parásitos se multiplican en el hígado humano para infectar a continuación los glóbulos rojos. Entre los síntomas de la malaria se encuentran la fiebre, dolores de cabeza y vómitos y normalmente se manifiestan entre 10 y 15 días después de la picadura de mosquito. Si no se trata puede llegar a ser mortal pues obstaculiza el riego sanguíneo de órganos vitales. En muchas partes del mundo los parásitos han desarrollado resistencia a distintos fármacos diseñados para combatir la enfermedad. Las estrategias de control de la malaria incluyen intervenciones como el tratamiento rápido y efectivo con terapias de combinación a base de artemisinina, el empleo de mosquiteras rociadas con insecticidas en zonas de alto riesgo y la fumigación residual de espacios interiores con insecticida para erradicar los mosquitos vectores.Para más información, consulte: Universidad de Wageningen: http://www.wageningenuniversity.nl/UK/ Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres (LSHTM): http://www.lshtm.ac.uk/ PLoS Medicine: http://www.plosmedicine.org/home.action

Países

Burkina Faso, Gambia, Países Bajos, Perú, Papúa Nueva Guinea, Tanzania, Reino Unido

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