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¿Es beneficioso para la salud el espacio exterior?

Un equipo internacional de científicos ha demostrado que viajar al espacio exterior puede favorecer que cierto gusano microscópico viva más tiempo. Los experimentos realizados por estos investigadores, procedentes de Canadá, Francia, Japón, Reino Unido y Estados Unidos, muestr...

Un equipo internacional de científicos ha demostrado que viajar al espacio exterior puede favorecer que cierto gusano microscópico viva más tiempo. Los experimentos realizados por estos investigadores, procedentes de Canadá, Francia, Japón, Reino Unido y Estados Unidos, muestran que en especímenes del gusano Caenorhabditis elegans (C. elegans) enviados al espacio se detuvo la acumulación de ciertas proteínas tóxicas característica del envejecimiento de los músculos. Según explican en un artículo publicado en la revista Scientific Reports, también descubrieron un grupo de genes que se expresó en menor medida durante el vuelo espacial y señalan que, cuando se reduce la expresión de estos mismos genes de los gusanos en la Tierra, éstos suelen vivir más tiempo. El propósito de la investigación sobre estos gusanos era dilucidar la pérdida de masa ósea y muscular sufrida por los astronautas tras estancias prolongadas en el espacio. C. elegans supone un modelo perfecto para estudiar los cambios a largo plazo en la fisiología humana, ya que experimenta deterioro muscular en condiciones muy similares a las del ser humano. Este fue el primer organismo pluricelular cuya estructura genética fue mapeada por completo, y muchos de sus 20 000 genes cumplen exactamente las mismas funciones que los equivalentes en el ser humano. De esos genes, 2 000 intervienen en la función muscular, y entre el 50 y el 60 % de ellos cuenta con equivalentes humanos muy claros. Por añadidura, C. elegans es capaz de vivir y reproducirse en el espacio durante al menos seis meses, siendo por tanto una criatura ideal y barata para realizar experimentos que esclarezcan los efectos de los viajes espaciales de larga duración y recorrido. Esta investigación desarrollada en el espacio permitirá averiguar aspectos del organismo humano inescrutables en la superficie terrestre. Uno de los autores del estudio, el Dr. Nathaniel Szewczyk de la Universidad de Nottingham (Reino Unido), declaró: «Identificamos siete genes con expresión disminuida en el espacio y cuya inactivación prolongaba la vida de las criaturas en condiciones de laboratorio.» Aunque los científicos no conocen con total certeza de qué manera influyen estos genes en el control de la longevidad, están convencidos de que influyen en la manera en que el gusano percibe su entorno y activa cambios en su metabolismo para adaptarse a él. Szewczyk sacó un ejemplo a colación: «Uno de los genes identificados codifica la insulina, la cual se sabe que, por acción de la diabetes, está asociada al control metabólico. En gusanos, moscas y ratones está asociada además a una modulación de la longevidad.» Szewczyk también se refirió a las implicaciones de estos hallazgos para los astronautas: «Como casi todo el mundo sabe, los músculos "encogen" en el espacio. Nuestros resultados apuntan, casi con toda seguridad, a que ésta es una respuesta adaptativa, no patológica. Paradójicamente, es posible que el músculo envejezca a menor velocidad en el espacio que en la Tierra. También podría ser que el propio vuelo espacial ralentice el proceso de envejecimiento.» Para realizar este experimento, efectuado en 2004, se envió un cargamento de gusanos vivos a la Estación Espacial Internacional (ISS) a bordo de la misión neerlandesa DELTA. Desde entonces se han llevado en otros cinco vuelos espaciales a la ISS para conocer más a fondo los efectos de la microgravedad sobre la fisiología del organismo humano. Ya en 2003 los gusanos C. elegans de Szewczyk saltaron a las portadas de los medios de comunicación al salir ilesos de la catástrofe de la nave espacial Columbia. A las pocas semanas del desastre pudieron recuperarse de las placas Petri en las que se conservaban. Sobrevivieron a la reentrada en la atmósfera terrestre gracias a que dichas placas iban alojadas en latas de aluminio.Para más información, consulte: Universidad de Nottingham: http://www.nottingham.ac.uk/(se abrirá en una nueva ventana)

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