Científicos reclasifican los microorganismos eucariotas
Unos de los principales retos de la ciencia es la clasificación de las especies naturales, sobre todo los protistas, que son microorganismos eucariotas. Mientras que la clasificación propuesta por Sina Adl et al. (2005) era lo suficientemente conservadora como para restringir las agrupaciones erróneas o prematuras, un equipo internacional de investigadores ha revisado la clasificación incorporando los avances más recientes en el uso de análisis filogenéticos a escala filogenómica y aumentando los muestreos taxonómicos. ¿Cuál era su objetivo? Aportar nuevos datos acerca del estado actual de la diversidad y la categorización de los protistas y de las especies por descubrir. La reclasificación se ha publicado en el Journal of Eukaryotic Microbiology.
«Los protistas comprenden especies que tradicionalmente se consideraban protozoos y algas, algunos organismos de tipo fúngico y otras muchas formas de vida que no encajan en la antigua distribución biológica, donde las especies se dividían en plantas y animales», afirmó el profesor Sina Adl, de la Universidad de Saskatchewan, en Canadá. «Ya en los años sesenta no había ninguna duda de que estas especies no podían organizarse en un sistema tan restringido; sin embargo, el primer intento de la comunidad científica por categorizar de manera racional todos los protistas en los grupos de la evolución natural no se llevaría a cabo hasta 2005.»
Esta reclasificación subsana las limitaciones tecnológicas que se observaron hace siete años. También introduce y admite nuevos supergrupos. «Gracias a la genómica ambiental, se está produciendo un renacer en el descubrimiento de nuevos protistas», explicó el profesor Adl. «Estas nuevas especies nos permiten ser más conscientes de lo poco que se sabe acerca de la biodiversidad que nos rodea y de cómo contribuye a mantener el equilibrio químico del planeta.»
Esta nueva información ayuda, según los investigadores, a ampliar nuestro conocimiento de las antiguas relaciones entre protistas, su ascendencia común y sus vínculos con animales y plantas.
Identificaron un grupo en el que se relacionaban animales, hongos y sus especies protistas emparentadas, como los coanoflagelados marinos, con protistas dominados por células ameboides, incluidos los mohos del fango, algas y crustáceos pequeños. Los investigadores también reconocieron los Stramenopilos, alveolados y Rhizaria (SAR), un nuevo supergrupo que contiene algas comunes y viables, depredadores microbianos y parásitos del planeta. A este grupo pertenecen las algas laminariales gigantes y otras algas pardas, al igual que los granos de arena vivos conocidos como «foraníferos» y el parásito causante de la malaria en seres humanos. Los estudios realizados desde 2005, en concreto, secuenciación a gran escala de ácido desoxirribonucleico (ADN) y ribonucleico (ARN), han revelado que formas que presentan diferencias muy pronunciadas en realidad están relacionadas entre sí.
«Esta nueva clasificación, que refleja mejor la relación entre las especies, mejora nuestra capacidad de predecir el número de especies que quedan por descubrir», concluyó el profesor Adl. «Existe una enorme diversidad en las profundidades marinas que aún desconocemos, pero quizá sea aún mayor la que habita en la tierra que pisamos.»
En este estudio participaron investigadores de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Reino Unido, República Checa, Rusia y Suiza.Para más información, consulte: Universidad de Saskatchewan: http://www.usask.ca/ Journal of Eukaryotic Microbiology:
Países
Canadá, Suiza, Chequia, Alemania, Francia, Rusia, Reino Unido, Estados Unidos