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Un equipo científico internacional emplea organismos marinos para combatir la osteoporosis

La Unión Europea ha iniciado un gran proyecto integrado titulado Bluegenics para combatir la osteoporosis. Con él se espera descubrir las huellas genéticas de organismos marinos demersales para crear nuevos fármacos con los que se espera prevenir e incluso tratar, además de la...

La Unión Europea ha iniciado un gran proyecto integrado titulado Bluegenics para combatir la osteoporosis. Con él se espera descubrir las huellas genéticas de organismos marinos demersales para crear nuevos fármacos con los que se espera prevenir e incluso tratar, además de la osteoporosis, otras enfermedades humanas importantes y comunes. El equipo científico del proyecto recibió fondos por valor de 6 millones de euros de la Comisión Europea. La colaboración de este equipo internacional, coordinado por el profesor Dr. Werner E.G. Müller del Instituto de Química Fisiológica perteneciente al Centro Médico de la Universidad de Maguncia, está encaminada a detectar y aprovechar las huellas genéticas de distintos organismos marinos como esponjas y bacterias demersales para producir sustancias de interés biomédico. Su trabajo permitirá aprovechar de forma sostenible los recursos marinos sin perjuicio para la biodiversidad. El Dr. Müller manifestó: «Queda claro que la Unión Europea, mediante la financiación aportada a este proyecto científico a gran escala, reconoce la necesidad de esforzarse al máximo para desarrollar fármacos nuevos y efectivos que permitan prevenir y tratar enfermedades comunes, como la osteoporosis, para las que aún no existen terapias eficaces. La puesta en marcha de este proyecto me complace profundamente. Bluegenics reúne a investigadores de primera línea de nueve países. Las combinación de sus capacidades singulares y del equipo avanzado al que tienen acceso proporciona una base excelente para lograr los objetivos ambiciosos planteados en el proyecto.» El Dr. Müller y su equipo científico ya demostraron la posibilidad de sintetizar sustancias bioactivas mediante la aplicación de técnicas biológicas de recombinación molecular. También lograron demostrar que la defensina, una toxina en forma de péptido defensivo producida por las esponjas, conserva su bioactividad si se produce por métodos recombinantes. El Dr. Müller añadió: «De esta forma se abre paso a la explotación en beneficio de la humanidad del enorme tesoro de huellas genéticas que existe en los océanos de todo el mundo». El proyecto europeo Bluegenics reúne a investigadores punteros dedicados a la genómica marina, la biosíntesis y el análisis de estructuras químicas. En él participan dieciséis institutos científicos y empresas industriales de China, Croacia, Francia, Alemania, Islandia, Italia, Portugal, Suecia y Reino Unido. En palabras del profesor Dr. Reinhard Urban, responsable científico del Centro Médico de la Universidad de Maguncia: «Nos encontramos prácticamente en la casilla de salida que conduce a la explotación biomédica de los recursos marinos, en especial los muy poco explorados del entorno demersal. Cabe anticipar que la investigación de los organismos demersales generará muy probablemente resultados relevantes para la sociedad.» El proyecto se basará en la «biotecnología azul», dedicada sobre todo al aprovechamiento biotecnológico de los organismos marinos. Entre los organismos de mayor interés se encuentran las esponjas y las bacterias demersales que viven en un entorno en condiciones extremas a más de mil metros por debajo de la superficie oceánica. Estos organismos se consideran una fuente de sustancias valiosas para aplicaciones biotecnológicas y biomédicas. La mayoría de las enzimas conocidas se descomponen a temperaturas elevadas, pero los biocatalizadores producidos por las bacterias demersales permanecen activos en condiciones extremas como las que generan, por ejemplo, las fumarolas hidrotermales del fondo marino. El interés científico de la biotecnología azul se debe a la gran cantidad de similitudes que guardan con los humanos algunos organismos tan sencillos como las esponjas marinas. La relación entre estos animales, de los más antiguos sobre el planeta, y los humanos es sorprendentemente estrecha, tal y como demostró el equipo científico de la Universidad de Maguncia hace pocos años mediante técnicas biomoleculares. Además, estos organismos producen una gama de sustancias que han evolucionado hasta contar con un grado elevado de especificidad y efectividad y por tanto acaparan cada vez más interés por su posible uso terapéutico en humanos en forma de tratamiento contra infecciones víricas.Para más información, consulte: Universidad Johannes Gutenberg de Maguncia: http://www.uni-mainz.de/eng/index.php