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Un estudio nuevo para comprender los hábitos dietéticos y del estilo de vida de los jóvenes europeos

¿Por qué algunos niños no consumen más que comida rápida mientras que otros se alimentan de forma sana? ¿Qué motiva que un adolescente elija una hamburguesa en lugar de una ensalada? ¿Por qué algunos hacen ejercicio y otros no? ¿Cuáles son las consecuencias para la salud de un...

¿Por qué algunos niños no consumen más que comida rápida mientras que otros se alimentan de forma sana? ¿Qué motiva que un adolescente elija una hamburguesa en lugar de una ensalada? ¿Por qué algunos hacen ejercicio y otros no? ¿Cuáles son las consecuencias para la salud de una dieta desequilibrada, la falta de actividad física y otros factores de riesgo? ¿Es posible convencer a los niños y a sus familias de que opten por estilos de vida más sanos? Estas preguntas y muchas otras se han abordado en una investigación de gran calado sobre el comportamiento dietético y el estilo de vida de los europeos más jóvenes. Cerca de veintidós millones de niños en la Unión Europea presentan sobrepeso o son obesos, una cifra que aumenta en cuatrocientos mil al año. Este grupo se enfrenta a graves riesgos sanitarios y sociales en forma de enfermedades cardiovasculares, diabetes de tipo 2, problemas ortopédicos, fracaso escolar y baja autoestima y además todos ellos presentan una probabilidad del sesenta por ciento de llegar a la adultez con obesidad o sobrepeso. Incluso muchos adolescentes sin sobrepeso se arriesgan a sufrir estas afecciones debido a una dieta poco saludable o a la falta de actividad física. Para corregir estas elecciones en cuanto al estilo de vida se deben estudiar las razones de que los jóvenes europeos se alimenten inadecuadamente y no practiquen ejercicio físico. A ello precisamente está dedicado un estudio de cinco años de duración emprendido por un consorcio paneuropeo de universidades e institutos científicos perteneciente al proyecto financiado con fondos europeos I.FAMILY («Determinants of eating behaviour in European children, adolescents and their parents»). Partiendo de los resultados del proyecto IDEFICS, en el que se estudiaron dieciséis mil preadolescentes, el equipo investigador de I.FAMILY invitó a estos niños y a sus hermanos y padres a participar en un seguimiento dedicado a los adolescentes y, más en concreto, a aquellos de once y doce años, una etapa crucial del desarrollo. Esta cohorte de niños y sus familias se estudia en ocho centros de toda Europa situados en Bélgica, Chipre, Estonia, Alemania, Hungría, Italia, España y Suecia con el fin de desentrañar las relaciones que existen entre varios factores complejos relacionados con el estilo de vida, el comportamiento y la genética y su influencia en los hábitos dietéticos y sus consecuencias para la salud. Mediante cuestionarios, entrevistas sobre relaciones personales, pruebas psicológicas y físicas, muestras biológicas y mediciones de la actividad física, los investigadores al cargo pretender efectuar una comparación entre niños y familias que han establecido o mantenido una dieta y un estilo de vida sanos con aquellos que han virado hacia prácticas menos saludables. De este modo será posible establecer un registro temporal que abarca varios años de opciones dietéticas positivas o negativas gracias a los datos ya obtenidos en el estudio IDEFICS. Así, estarán en posición de averiguar, por ejemplo, si el hecho de que los dos progenitores trabajen conlleva un mayor consumo de comida rápida o si las preocupaciones por la seguridad en los espacios públicos urbanos provocan que los niños hagan menos ejercicio y lleven vidas más sedentarias. La recopilación de información sobre el estado de salud actual de los niños y el análisis de la ya obtenida en el anterior estudio con respecto a sus primeros años de vida, permitirá al equipo de I.FAMILY investigar qué provoca distintas situaciones sanitarias como la obesidad o los trastornos metabólicos y cuáles son sus precursores en los niños durante su desarrollo. En el estudio se tendrán en cuenta grupos socioeconómicos similares con comportamientos opuestos y además se medirán factores como la activación encefálica, la expresión de genes relacionados con las elecciones alimentarias, la base biológica y genética que define los gustos, la función del sueño y del tiempo que se pasa en reposo, la actividad física y la influencia del entorno. El equipo al cargo confía en que este conocimiento permita diseñar métodos que fomenten la actividad física y la alimentación sana y que sirva como referencia para el desarrollo de políticas tanto europeas como regionales destinadas a aumentar la cantidad de familias que se decantan por opciones más saludables. El proyecto está coordinado por el profesor Wolfgang Ahrens de la Universidad de Bremen (Alemania) y ha recibido una financiación de 11,5 millones de euros, 9 de los cuales proceden de los fondos europeos. En el consorcio de I.FAMILY participan diecisiete instituciones de doce Estados miembros. El proyecto finalizará en febrero de 2017.Para más información, consulte: I.FAMILY http://www.ifamilystudy.eu/(se abrirá en una nueva ventana) Ficha informativa del proyecto

Países

Bélgica, Chipre, Alemania, Estonia, España, Hungría, Italia, Suecia

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