Descubiertos nuevos reguladores de la formación de plaquetas sanguíneas
Una investigación financiada con fondos europeos ha permitido comprender en mayor detalle los mecanismos moleculares que posibilitan el buen funcionamiento de ciertas células hematopoyéticas. De este modo, este trabajo contribuirá a la prevención de patologías causantes de infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares. Su autora es la investigadora Marloes Tijssen, beneficiaria de una beca intraeuropea Marie Curie en 2010 para llevar a cabo el proyecto MEGAGEN («Comparison of gene regulatory programs of blood stem cells and megakaryocytes»). Su estudio se dedicó a los megacariocitos, células de la médula ósea que producen trombocitos sanguíneos, es decir, las plaquetas necesarias para la correcta coagulación de la sangre. Se cree que los megacariocitos dependen sobremanera de la regulación génica para funcionar debidamente. En palabras de Tijssen: «La ampliación de los conocimientos de los que se dispone acerca del modo en que funcionan estas células para formar plaquetas contribuirá a proteger la salud humana, puesto que las plaquetas, como es sabido, son componentes determinantes en diversas afecciones del corazón y los vasos sanguíneos». «Además, a los pacientes que presentan recuentos plaquetarios bajos (en muchos casos causados por un tratamiento oncológico) se les administran hoy en día plaquetas cultivadas aportadas por donantes. Cada transfusión comporta el riesgo de transmisión de enfermedades infecciosas que pueden contagiarse por vía sanguínea. Por consiguiente, en última instancia aspiramos a sustituir estos productos obtenidos de donantes por plaquetas más seguras producidas en el laboratorio». Los megacariocitos, al igual que todas las demás clases de células de la sangre, son derivados de células madre sanguíneas, las cuales permanecen activas a lo largo de la vida de cada persona y proporcionan un suministro constante de células sanguíneas nuevas. La identidad de estas células y su correcto funcionamiento dependen en gran medida de la actividad proteica, la cual está ligada a su vez al funcionamiento de genes determinados. Cuando en las células de la sangre se altera la traducción genética (un fenómeno rigurosamente regulado) pueden surgir afecciones graves como por ejemplo ciertas clases de leucemia. Tijssen explicó que, si bien es posible cultivar en el laboratorio cantidades suficientes de megacariocitos, las lagunas existentes actualmente en el conocimiento sobre la formación plaquetaria impiden una producción eficiente de plaquetas a partir de dichas células. La labor efectuada por Tijssen posee relevancia directa para numerosos otros grupos de investigación dedicados al tema de la traducción genética. Sus hallazgos ya están influyendo de manera determinante en el estudio de la producción de las plaquetas. Se ha observado que uno de los genes identificados en su trabajo reduce el recuento plaquetario en organismos vivos. «Entre los reguladores fundamentales del crecimiento de los megacariocitos que hemos descubierto en nuestro estudio, es probable que haya proteínas o procesos modificables con vistas a mejorar la producción de plaquetas en el laboratorio para su transfusión a pacientes», destacó. Tijssen realizó su estudio en el Departamento de Hematología de la Universidad de Cambridge y para ello recibió de la UE fondos por valor de 170 733 euros.Para más información, consulte: Ficha informativa del proyecto Universidad de Cambridge http://www.cam.ac.uk(se abrirá en una nueva ventana)
Países
Reino Unido