Investigación del sistema natural de alivio del dolor del cuerpo humano para desarrollar nuevos fármacos
El dolor neuropático se produce como consecuencia de una alteración del sistema nervioso y no está relacionado con una lesión física. «Una infección vírica, la administración de quimioterapia o un aumento de la glucemia [en pacientes diabéticos] puede producir una lesión asociada a un dolor neuropático crónico y persistente que resulte extremadamente difícil de tratar», afirma el profesor Rafael Maldonado, coordinador científico del proyecto financiado con fondos europeos NeuroPain y profesor de ciencias experimentales y de la salud en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, España. Pocos de los pacientes tratados con los fármacos actuales disfrutar de algún tipo de mejoría. «No reciben ningún alivio del dolor, por lo que realmente necesitamos tratamientos nuevos», explica el profesor Maldonado. El enorme proyecto NeuroPain contó con la participación de once universidades, centros de investigación y empresas que durante cinco años investigaron diferentes aspectos del dolor neuropático, y dio lugar a unas cuarenta publicaciones en revistas del mundo académico. Entre sus avances más destacados, el proyecto permitió identificar rasgos de personalidad y genes específicos asociados con el dolor neuropático, además de desarrollar dos compuestos nuevos que resultan prometedores para el tratamiento de este tipo de dolor. Vínculo con los rasgos de la personalidad y los genes La manera en que las personas experimentan el dolor neuropático depende de la personalidad y de algunos genes específicos. «Investigamos diferentes rasgos (sociabilidad, comportamiento agresivo y depresivo) y establecimos que, sorprendentemente, el rasgo más correlacionado con la manifestación del dolor neuropático es la sociabilidad», explica el profesor Maldonado. «Con el dolor crónico también tenemos componentes emocionales (ansiedad, un estado de tipo depresivo) y nuestra capacidad para tomar decisiones se ve igualmente afectada». «Ya sabíamos que existe una base genética del dolor crónico y que, por ejemplo, hay personas que no sienten dolor», continúa el profesor Maldonado. Se llevaron a cabo estudios de forma paralela con ratones y humanos para identificar los marcadores genéticos de las diferentes manifestaciones conductuales, cognitivas o emocionales no susceptibles del dolor neuropático. Esto implicó un enfoque de todo el genoma que se utilizó principalmente en humanos, analizando los que presentaban dolor neuropático frente a quienes no experimentaban este dolor, mientras que en animales los investigadores analizaron los genes candidatos. «Sospechábamos que un gen en particular podría estar implicado en la respuesta específica, por lo que analizamos directamente este grupo de genes para ver si podría haber un biomarcador, comenta el profesor Maldonado. «A continuación, decidimos comparar los biomarcadores de los animales y los humanos para ver si existía algún biomarcador en particular que las especies compartieran», añade el profesor Maldonado. Esto dio lugar a la identificación de biomarcadores genéticos específicos. Sistemas endógenos de alivio del dolor «Nuestros cuerpos cuentan con moléculas similares a la morfina y moléculas similares al cannabis, por lo que en el momento en que sentimos dolor sufrimos una reacción que libera opioides y cannabinoides endógenos para reducir al mínimo y evitar el dolor», explica el profesor Maldonado. El proyecto investigó la implicación de los dos sistemas endógenos en las vías neuronales que subyacen al dolor neuropático y utilizó esta investigación fundamental para desarrollar nuevos compuestos para tratar de manera más eficiente el dolor neuropático. «Hemos identificado un receptor cannabinoide en particular y el mecanismo específico a través del cual puede modular el dolor neuropático. Hemos identificado muy claramente la vía [molecular]», comenta el profesor Maldonado. «Lo interesante es que se trata de un receptor que puede ser activado por el cannabis pero que no produce efectos psicoactivos», añade el profesor Maldonado. Esto significa que se trata de un compuesto cannabinoide prometedor sin los efectos secundarios, a menudo graves, de los fármacos cannabinoides existentes. Con el proyecto finalizado, el profesor Maldonado concluye: «Ahora tenemos un nuevo compuesto que actúa sobre el sistema opioide en ensayos clínicos en fase I para el tratamiento del dolor neuropático y hemos identificado un segundo compuesto [cannabinoide] para el cual ya hemos realizado una prueba de concepto en humanos».
Palabras clave
NeuroPain, dolor crónico, diabetes, sistema nervioso, personalidad, genes, biomarcadores, opioide, cannabinoide, desarrollo de fármacos