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Tendencias científicas: El aspecto de nuestros primos primitivos

Un grupo de científicos ofrece un primer vistazo al rostro de nuestros parientes humanos lejanos, los conocidos como denisovanos.

Cuando pensamos en los neandertales, todos tenemos una imagen clara de cómo eran gracias a los numerosos restos encontrados en Europa y Asia. Mediante el empleo de ADN, unos científicos israelíes revelan ahora el aspecto de los denisovanos, los primos de los neandertales que se extinguieron hace unos 50 000 años. Hace unos 100 000 años, los denisovanos vivieron junto a los humanos, e incluso se cruzaron con ellos. Su existencia se descubrió recientemente, pero los motivos de su extinción son un misterio. Se sabe muy poco de sus vidas porque los únicos restos desenterrados hace poco más de una década son tres dientes, una falange del dedo meñique y una mandíbula inferior. Como se informa en la revista «Cell», un equipo de investigadores ha reconstruido el esqueleto de los escurridizos denisovanos a partir del ADN encontrado en el meñique de una niña de 13 años que murió hace 50 000 años. El equipo investigó durante tres años los patrones de cambios químicos en el ADN prehistórico de los denisovanos. Según declaró Liran Carmel, autor del estudio y profesor de Genética de la Universidad Hebrea de Jerusalén, a la BBC: «En muchos sentidos, los denisovanos se parecían a los neandertales, pero en algunos rasgos se parecían a nosotros y en otros eran únicos. Cuando encontramos la mandíbula, estábamos muy emocionados por ver cómo encajaba. Fue una especie de confirmación independiente de nuestro método». El profesor Carmel añadió: «Eran humanos muy parecidos a nosotros, así que señalar las diferencias entre ellos y nosotros es fundamental para entender qué nos hace humanos y qué nos podría haber llevado a la forma en que nos adaptamos al mundo».

Así eran los denisovanos

La reconstrucción se basó en un complejo análisis de ADN de denisovanos, neandertales, chimpancés y humanos. Los investigadores identificaron cincuenta y seis diferencias entre los denisovanos y los humanos modernos, treinta y cuatro de ellas en el cráneo. Desarrollaron una tecnología innovadora para descifrar el ADN primitivo y su actividad genética. El resultado final fue una representación de un esqueleto de denisovano que podría pasar por el de un humano moderno. Los denisovanos se parecen más a los neandertales que a los humanos, lo cual es comprensible dado que están más cerca en términos evolutivos. Sin embargo, algunos rasgos eran bastante únicos, como la frente inclinada, la cara larga, la pelvis grande, el cráneo muy ancho y un gran arco dental. El equipo afirma que la precisión de la reconstrucción es de un 85 % y, para mejorarla, es necesario descubrir más ADN de denisovanos. En declaraciones a la CNN, el autor principal del estudio David Gokhman, actualmente investigador postdoctoral de la Universidad de Stanford en California, dijo: «De este modo, podemos obtener una predicción de qué partes esqueléticas se ven afectadas por la regulación diferencial de cada gen y en qué dirección cambiaría esa parte esquelética, por ejemplo, un fémur más largo o más corto». El profesor Carmel continúo: «El estudio de la anatomía de los denisovanos puede aportarnos información sobre la adaptación humana, las limitaciones evolutivas, el desarrollo, las interacciones genético-ambientales y la dinámica de las enfermedades. A un nivel más general, este trabajo es un paso para poder determinar la anatomía de un individuo según su ADN».

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