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Socio-spatial inequality, deprived neighbourhoods, and neighbourhood effects

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¿Mito o realidad? Desvelando el efecto barrio

Existe la creencia común de que concentrar a las personas pobres en la misma zona y aislarlas de los barrios más ricos en realidad agravaba su situación. Para investigar esta hipótesis, el proyecto DEPRIVEDHOODS aplicó nuevos planteamientos.

Existen muchos factores que influyen en el rumbo que toma nuestra vida y, tarde o temprano, nos convierten en quienes somos. Entre ellos, nuestros padres, amigos, el colegio al que asistimos, la carrera profesional que escogemos e incluso la zona en que vivimos. Este último es, de hecho, un concepto propio de las ciencias sociales y económicas conocido como el «efecto barrio». Este efecto implica, en particular, que vivir en una zona con una alta concentración de pobreza afecta negativamente a los resultados escolares de los niños y a sus futuros ingresos como adultos. En otras palabras, las zonas desfavorecidas engendran personas desfavorecidas. Esta idea ha influido considerablemente en la formulación de políticas, reforzando esta creencia. Pero, ¿es esta asunción realmente fiable? «Sorprendentemente, existen pocas pruebas de que vivir en barrios pobres afecte a las vidas individuales. Las investigaciones suelen centrarse en cómo influyen los barrios con mayor concentración de pobreza a los resultados individuales como los ingresos. Pero, ¿y viceversa? Los ingresos de una persona determinan el lugar donde vive. El problema es identificar la dirección real de los efectos causales», comenta el beneficiario de una subvención del Consejo Europeo de Investigación (CEI), Maarten van Ham, catedrático de Geografía Urbana en la Universidad Técnica de Delft. El proyecto DEPRIVEDHOODS (Socio-spatial inequality, deprived neighbourhoods, and neighbourhood effects) se propuso superar este problema. Para ello, van Ham y su equipo investigaron las historias a largo plazo de los barrios de un gran número de personas, desde su nacimiento hasta la edad adulta. Estudiaron el efecto barrio para hermanos y finalmente diseñaron un método que realiza un modelo de quién se traslada a qué zona/distrito urbano antes de realizar un modelo del efecto barrio real. «Los resultados del proyecto indican que el efecto barrio sobre los ingresos está sesgado al alza a causa de la influencia del contexto familiar en la niñez. Por último, llegamos a la conclusión de que las experiencias en los barrios como adultos describen un efecto barrio sobre los ingresos, pero el efecto barrio de la niñez es básicamente un efecto producido por el contexto familiar en la niñez. Descubrimos que el contexto familiar provoca un impacto duradero sobre los ingresos a una edad mayor y que este efecto es marcado, independientemente del barrio específico donde se resida más adelante», explica van Ham. En resumen, aunque el efecto barrio es básicamente limitado, es significativo para los niños y sigue afectándoles posteriormente en su vida. Este fenómeno es todavía más marcado en el caso de las minorías étnicas, según van Ham. El proyecto ofrece dos visiones adicionales sobre la cuestión. La primera es que está aumentando la segregación socioeconómica en las ciudades europeas y que unos mayores niveles de segregación provocan unos mayores niveles de desigualdad. Por último, el equipo descubrió que este fenómeno en realidad debería considerarse multidimensional y multiescala. «La segregación por ingresos o etnia no solo se produce en barrios residenciales, sino también en los centros escolares, los lugares de trabajo y los centros de ocio. La segregación en cada uno de estos ámbitos está interrelacionada», comenta van Ham. «La segregación también es multiescala porque se produce en una continuidad de escalas espaciales, desde microrregiones a grandes regiones urbanas. En consecuencia, para comprender el impacto de la segregación de las personas, resulta crucial adoptar una perspectiva multiescala». El proyecto financiado por el CEI ha captado una gran atención de los medios de comunicación y los responsables políticos. Ha mejorado la sensibilización acerca de los crecientes niveles de segregación socioeconómica y sus efectos sobre las personas. Aún más importante, es una lección esencial para los responsables políticos: «Ahora somos más conscientes de que crear barrios mixtos no es una solución rápida para los problemas sociales. Ayuda a mejorar las zonas, pero no tanto a impulsar las vidas individuales. Sin embargo, los barrios mixtos a largo plazo también pueden ayudar a personas en zonas desfavorecidas», concluye van Ham.

Palabras clave

DEPRIVEDHOODS, pobreza, efecto barrio, concentración

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