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Reducción de la brecha de género en la investigación

Dedicado a la promoción de la igualdad de género en el ámbito académico y de la investigación, el proyecto SAGE ayuda a las universidades a identificar y eliminar los obstáculos que impiden la contratación, la retención y el progreso de las mujeres.

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El mundo académico y de la investigación sufre una importante brecha de género. De hecho, los hombres tienen el triple de probabilidades de llegar a puestos de alto nivel, y las mujeres solo representan el 20 % de todos los puestos directivos. Además, aunque el 40 % de todos los investigadores de la enseñanza superior son mujeres, solo son autoras del 31 % de las publicaciones científicas. «Terminar con esta brecha de género es fundamental para aumentar la competitividad del sector de la investigación europea, y las universidades deben desempeñar un papel fundamental para lograrlo», dice Eileen Drew, directora del Centro para la Igualdad de Género y Liderazgo del Trinity College de Dublín y coordinadora del proyecto financiado con fondos europeos SAGE. «SAGE se sustenta en la creencia de que tener más mujeres involucradas en la investigación aumenta el número de investigadores cualificados en nuestras instituciones académicas. También añade una perspectiva diferente a los programas de investigación, fomenta la diversidad, mejora la toma de decisiones y potencia la creatividad y la innovación».

Fomento de la igualdad entre mujeres y hombres

El proyecto SAGE, dedicado al fomento de la igualdad de género en el ámbito académico, desarrolló un conjunto de herramientas que las universidades pueden utilizar para elaborar planes de igualdad de género eficaces. «El objetivo del conjunto de herramientas es ayudar a las instituciones a identificar y eliminar los obstáculos a la contratación, la retención y el progreso de las mujeres, así como a abordar mejor los desequilibrios entre mujeres y hombres inherentes a los procesos de toma de decisiones», explica Drew. Una de las partes principales de este proceso es la recopilación de datos desglosados por sexo y el examen de las políticas, los procedimientos y las prácticas existentes. El análisis de estos factores es fundamental para la elaboración de los planes de igualdad de género, en los que se enumeran las medidas concretas que han de adoptarse para hacer frente a las posibles diferencias entre los sexos, por ejemplo, en materia de contratación y promoción profesional, fomento de la conciliación de la vida familiar y la vida profesional, y planes de estudio e investigación. Drew añade: «Ante la clara evidencia de la infrarrepresentación de la mujer, las universidades de SAGE utilizan el conjunto de herramientas para revisar sus procedimientos de contratación y promoción a fin de garantizar que no estén sesgados hacia ningún género en particular. Un resultado específico es que los órganos encargados de la adopción de decisiones ya han logrado mejorar su paridad de género y dos universidades de SAGE nombraron a mujeres como rectoras». Además de promover el modelo SAGE, el proyecto también organizó otras iniciativas, entre ellas un curso en línea sobre la creación de una institución con perspectiva de género. Otro acontecimiento destacado fue el primer Día Europeo SAGE, en el que se presentó la Carta de Principios para la Igualdad de Género en la Educación Superior. Este día se celebró en siete países y su evento principal tuvo lugar en Bruselas.

Cambios tangibles

Aunque treinta y seis meses (la duración del proyecto SAGE) es un período muy corto para institucionalizar una reforma estructural importante, el proyecto ha visto cambios tangibles. Por ejemplo, las instituciones de SAGE introdujeron nuevos cursos en materia de género en los estudios universitarios y de posgrado, algunos de los cuales son obligatorios. Asimismo, se ha incorporado la vigilancia permanente de las diferencias entre sexos en las prácticas de los recursos humanos y las oficinas de los estudiantes, y una universidad está redactando una nueva política de promoción transparente. Las universidades también introdujeron la capacitación en materia de liderazgo para gestoras e investigadoras, y una de ellas nombró a un asesor para impugnar y prevenir la discriminación y el acoso por motivos de género en el campus. Aunque el proyecto SAGE ya ha finalizado, el trabajo acaba de empezar. «El consorcio seguirá fomentando la igualdad de género como medio para garantizar la excelencia en la investigación y el mejor uso de todo el conjunto de talentos disponibles», dice Drew.

Palabras clave

SAGE, brecha de género, educación superior, investigación europea, Trinity College de Dublín, mundo académico, universidades

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