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The first Physical Access Control that uses uncopiable keys based on butterfly scales

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Unas nanoestructuras únicas para unas llaves incopiables y una seguridad real

Todos los sistemas de cierre se pueden llegar a abrir, excepto este.

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Las cerraduras modernas no son tan seguras como parecen. Cualquier llave mecánica se puede copiar y, además, el fabricante puede haber realizado duplicados sin el conocimiento del cliente. A los sistemas de claves biométricas, que se basan en características corporales únicas como las huellas dactilares o los patrones del iris, se los puede engañar. Las tarjetas electrónicas empleadas como llave se pueden clonar. Incluso las cerraduras más sofisticadas que existen en la actualidad son vulnerables. Las cerraduras criptográficas comparan secuencias de números codificadas públicas y privadas. Los ordenadores, si disponen de tiempo suficiente, pueden descifrar esos códigos. Probablemente los ordenadores del futuro, como los ordenadores cuánticos, serán capaces de descifrar cualquier codificación casi de inmediato. Las instalaciones esenciales de alta seguridad necesitan un sistema de cierre que realmente sea inquebrantable, y eso es lo que ha desarrollado el proyecto B-Lock, financiado con fondos europeos. El equipo desarrolló un sistema completo de demostración y lo preparó para su comercialización.

Una nanoestructura única

Al igual que muchos sistemas de cierre modernos, el sistema B-Lock consiste en un mecanismo de bloqueo que contiene un lector óptico y una tarjeta llave de plástico. La diferencia es que cada tarjeta B-Lock constituye una nanoestructura única que se escanea y valida mediante el lector. Según explica el responsable del proyecto, Aleksej Makarov: «La estructura tiene un origen biológico. Las estructuras se denominan escamas de mariposa porque, literalmente, son escamas de quitina procedentes de las alas de mariposas o polillas». Las escamas poseen una nanoestructura compleja y son las que confieren los patrones de colores iridiscentes a las alas, exclusivos de cada mariposa. En las tarjetas llave se colocan partículas minúsculas de quitina. El lector óptico no contiene la nanoestructura de quitina en sí, dado que su lectura requeriría un microscopio de electrones extremadamente voluminoso y caro. Como añade Makarov: «Afortunadamente, la quitina cambia de color en función del ángulo de iluminación. Esto se denomina iridiscencia. Aplicando este principio, podemos obtener un conjunto de secuencias de fotografías únicas e irrepetibles para cada tarjeta llave con una secuencia arbitraria de ángulos de iluminación». Esta secuencia de imágenes se denomina firma iridiscente y está asociada de forma inequívoca a una nanoestructura original. Los patrones no se pueden reproducir mediante la tecnología humana, dado que no se desarrollaron con medios tecnológicos. En cada tarjeta se codifica una firma iridiscente única.

Llaves incopiables

El cierre escanea la firma iridiscente de la tarjeta llave. La firma se contrasta con la base de datos del sistema de cierre para comprobar que la tarjeta posee autorización. Si es así, la cerradura se abre. Según Makarov, la firma tampoco se puede copiar, dado que debe generarse fotografiando una nanoestructura tridimensional incopiable en un conjunto de ángulos de iluminación arbitrarios. Así, cada tarjeta llave es incopiable. Los investigadores de B-Lock han comprobado la eficacia en el mundo real tanto del concepto como de la tecnología. Todavía quedan pendientes algunas cuestiones técnicas, como la miniaturización de las cerraduras, la reducción de los costes mediante la automatización de la fabricación y la inclusión de las nanoestructuras en otros materiales. El equipo también obtuvo información de clientes potenciales sobre sus necesidades y las mejoras que querrían ver en el producto. El consorcio tiene previsto seguir desarrollando la tecnología con sus propios fondos y solicitar financiación de la Unión Europea en la siguiente fase. La justificación comercial llevada a cabo por el proyecto indica que el sistema de B-Lock tendría un precio competitivo en relación con los sistemas existentes, pero sería mucho más seguro. La tecnología también podría emplearse para otras aplicaciones, como funciones de identificación en billetes, pasaportes, tarjetas de crédito u obras de arte. El mercado sería considerable.

Palabras clave

B-Lock, nanoestructura, quitina, incopiable, firma iridiscente, cierres, seguridad, llaves, escamas de mariposa

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