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Enabling the large-scale deployment of Facial Recognition in banking security

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La banca segura en un parpadeo

La financiación con fondos europeos ha permitido desplegar un sistema de reconocimiento facial para la autenticación bancaria que no necesita almacenar fotografías de la cara.

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Dado que las transacciones fraudulentas aumentan cada año y alcanzan tan solo en Europa un valor estimado de 1 400 millones de euros, la seguridad es una de las mayores preocupaciones del sector bancario. La biometría, y en concreto el análisis facial, se ha convertido en una alternativa importante al fácilmente descifrable código PIN. No obstante, el público siente todavía cierta preocupación sobre el que sus caras sean almacenadas en grandes bancos de datos. El proyecto europeo FACCESS ha permitido desarrollar un tipo diferente de tecnología de reconocimiento facial destinado al uso en los bancos. «No almacenamos imágenes. Nuestra tecnología extrae los puntos principales de la cara, los convierte en un patrón numérico, que es como un número muy largo, y cifra este número», explica Tania Martínez, adjunta a dirección de la empresa de tecnología española FacePhi Biometría, uno de los líderes del mercado de tecnologías de reconocimiento facial y empresa que está detrás del proyecto. Cuando un cliente se registra por primera vez en el banco, el código facial cifrado queda almacenado en el servidor del banco. El cliente inicia sesión, por ejemplo, haciéndose una fotografía con el móvil. «Se compara el patrón facial con el que ya está en el servidor seguro del banco y, si ambos patrones son casi iguales, la tecnología dice que eres tú y te da acceso. Si los patrones no son lo suficientemente parecidos, puede solicitar formas alternativas o adicionales de autenticación», dice Martínez. Según los datos de FacePhi, la tasa de falsa aceptación del sistema es de 0,002 % y la tasa de falsos negativos está entre el 2 y el 0 %. Según aclara Martínez: «Esto se debe a que es una tecnología inteligente que sigue aprendiendo cada vez que haces la autenticación. Así que, si llevas maquillaje, estás triste o has perdido peso, la tecnología aprende estos cambios y crea una plantilla de patrones que incorpora las diferencias». El detector de vivacidad La financiación con fondos europeos permitió desarrollar funciones de seguridad adicionales, como un «detector de vivacidad» para impedir el fraude por suplantación, por ejemplo, si alguien roba el móvil de un cliente, ya que puede detectar si la persona sentada frente a la cámara es una persona real y no una fotografía o un vídeo. El detector de vivacidad pide al cliente que se mantenga quieto y que luego parpadee. «La tecnología detectará los micromovimientos», añade Martínez. El detector de vivacidad también puede pedir al cliente que repita un movimiento específico como mover la cabeza hacia arriba, hacia abajo, hacia la derecha o hacia la izquierda. Los algoritmos creados desde cero por la empresa están en la actualidad enfocados al sector financiero. No necesita imágenes de gran calidad o servidores de gran tamaño como los de los aeropuertos, que necesitan comparar las caras con toda su base de datos de imágenes. «El usuario ya dice quién es», señala Martínez. Tan solo necesita 480 x 640 píxeles, la resolución mínima de una cámara, en cualquier tipo de dispositivo, de manera que los bancos no necesitan realizar una inversión adicional en «hardware». Uso en el sector financiero Según la empresa, en la actualidad FacePhi está trabajando con treinta entidades financieras de todo el mundo y ha realizado 500 millones de autenticaciones en 2018. El sistema puede ejecutarse en todos los sistemas operativos, en múltiples dispositivos y puede integrarse fácilmente con los servicios del banco y con las aplicaciones del banco ya existentes. El sistema se vende como una licencia de «software» adaptada a las necesidades del banco, con un precio por usuario, año y plataforma. En colaboración con un proveedor de cajeros automáticos, CaixaBank, el mayor banco minorista de España se ha convertido en el primer banco del mundo en utilizar la tecnología de reconocimiento facial en los cajeros automáticos gracias al sistema FACCESS, eliminando la necesidad de utilizar tarjetas y contraseñas. En la actualidad, FacePhi combina el reconocimiento facial, óptico, por huella dactilar, sin contacto y por voz para proporcionar lo que la empresa llama un sistema de seguridad de «riesgo cero» para las entidades financieras.

Palabras clave

FACCESS, reconocimiento facial, seguridad, seguridad bancaria, cifrado, biometría, identidad, banca

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