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Un robot en el asiento del conductor

Los coches sin conductor totalmente autónomos podrían hacerse esperar un tiempo. Sin embargo, unos ingenieros han desarrollado un robot que puede instalarse en el asiento del conductor de cualquier vehículo actual.

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Los ingenieros del proyecto IVObility han perfeccionado y mejorado la tecnología robótica y los sistemas de inteligencia artificial para conducir vehículos. «Nuestro método no consiste en crear un vehículo autónomo nuevo o modernizar o modificar vehículos existentes, sino en eliminar al conductor humano de la ecuación y poner en su lugar a un conductor robótico», comenta Tzvika Goldner, coordinador del proyecto y director general de BGR Robotics (Israel). El IVO, siglas en inglés de «Intelligent Vehicle Operator», se instala en el asiento del conductor y se conecta al volante, junto con los pedales y las marchas automáticas. Esto transforma en cuestión de minutos cualquier vehículo en uno con capacidades autónomas. «Este procedimiento es mucho más barato que hacer que un coche sea autónomo y puede proporcionar capacidades autónomas para un sinfín de vehículos en una flota», explica Goldner. IVO no tiene que ser reprogramado para diferentes vehículos. «Se trata de una tecnología integrada y holística compatible con cualquier vehículo y modelo. Tiene cámaras en su cabeza y capacidades de procesamiento muy robustas», agrega Oded Yechiel, director técnico de BGR Robotics.

Combinación de un sistema robótico y de inteligencia artificial

«El sistema no solo maneja el vehículo, sino que además determina cómo conducir en función del tipo de carretera y las condiciones. IVO conduce respetando las señales de tráfico, los límites de velocidad y todas las normas de seguridad», comenta Yechiel. Combina capacidades robóticas avanzadas para manejar el volante y las marchas, con sistemas avanzados de asistencia a la conducción (SAAC), que utilizan sensores y accionadores para responder ante determinadas situaciones. «Los coches nuevos que ayudan al conductor ya presentan SAAC que incluyen, por ejemplo, tecnologías que emiten una señal cuando se detecta un obstáculo mientras se aparca», explica Yechiel. «La combinación de los dos es un rasgo exclusivo de nuestro sistema porque los SAAC y las capacidades robóticas suelen ser independientes», añade Goldner, que además recalca la obtención de patentes en los Estados Unidos y China. Aunque muchas empresas están produciendo vehículos autónomos, el equipo cree que su método integrado y holístico es relativamente poco común. La financiación de la Unión Europea permitió a BGR Robotics llevar a cabo un estudio de viabilidad de mercado y un plan de trabajo detallado para llevar el prototipo de controlador robótico a una etapa en la que se pueda fabricar comercialmente en dos años. Tal como Goldner explica: «Todos los componentes, tanto mecánicos y ópticos como las cámaras, están actualizados para lograr un mejor rendimiento y soportar condiciones ambientales más exigentes». Esto incluye la optimización del sistema de redes neuronales. Yechiel añade: «IVO necesita funcionar en diferentes condiciones de temperatura y adaptarse a las normas y las regulaciones de seguridad del sector automotriz, lo que supone un gran esfuerzo». «El otro aspecto es la inteligencia artificial: estamos añadiendo más y más capas y funcionalidades para que IVO pueda conducir de manera autónoma».

Uso en servicio de asistencia en tierra de aeropuertos

BGR Robotics se centra en áreas cerradas, locales específicos y lugares en los que existe interferencia entre personas y vehículos. El objetivo del equipo es satisfacer las necesidades de sectores como la agricultura, el transporte en aeropuertos y puertos marítimos y la minería. Para el estudio de viabilidad del mercado, se prestó atención a una aplicación específica: el uso en servicios de asistencia en tierra en aeropuertos. Dado el gran número de aeropuertos en Europa, la empresa descubrió que existe un mercado enorme en el que pretende centrarse inicialmente y, después, confía en expandirse a otros ámbitos. Los vehículos de asistencia en tierra para equipaje y suministros pueden sufrir accidentes con los aviones en la pista. «Esto cuesta mucho dinero y provoca retrasos en el despegue de los aviones. No hace falta decir que un robot puede trabajar en todas las condiciones climáticas y que es inmune a la COVID-19», concluye Goldner.

Palabras clave

IVObility, robótica, vehículos autónomos, SAAC, aeropuertos, asistencia en tierra

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