Aditivos enzimáticos para descomponer el plástico y mejorar el reciclado
Existen productos como bolsas de la compra, envases o botellas de agua que se denominan biodegradables o compostables, lo que significa que acabarán por degradarse de forma natural. El compostaje es una forma interesante de reciclar residuos que si no acabarían en el vertedero. El resultado es muy beneficioso, pues los materiales descompuestos pueden utilizarse para mejorar la fertilidad del suelo. El compost es un material rico en nutrientes que alimenta cultivos, jardines y árboles. Para afirmar que un producto se puede compostar completamente, debe cumplir con la norma europea EN 13432. Los requisitos especifican que el material debe biodegradarse completamente en un tiempo concreto sin generar sustancias perniciosas. La norma también detalla requisitos claros sobre el entorno en el que se produce este proceso. La norma evoluciona continuamente, lo que ofrece un gran margen para el desarrollo de tecnologías nuevas que garantice la fabricación de productos compostables y biodegradables. Los plásticos biodegradables y compostables se diseñan para reducir la contaminación que generan los plásticos si se eliminan adecuadamente. Su gestión o las prácticas de eliminación inadecuadas pueden provocar que un gran porcentaje de los residuos de plástico lleguen sin control al ecosistema. A fin de contrarrestar estas deficiencias, el proyecto financiado con fondos europeos REBICOM desarrolló una forma nueva de degradar los polímeros termoplásticos convencionales, bien de origen fósil o renovable, hasta sus constituyentes básicos. El proceso también permite que los productos se reciclen con eficacia y seguridad hasta conseguir plásticos nuevos de alta calidad. La dirección del proyecto corrió a cargo de Innovative Film Solutions, un productor innovador de plásticos de España.
Enzimas consumidoras de plástico al rescate
Innovative Film Solutions produjo una gama de películas plásticas como alternativas compostables y sostenibles a las películas convencionales para envases. Los investigadores estudiaron una tecnología enzimática capaz de acelerar la descomposición del plástico. El coordinador de REBICOM, Joaquín Buendía, lo explica en los siguientes términos: «Los plásticos tardan cientos o miles de años en degradarse, descomponiéndose en fragmentos cada vez más pequeños. La inclusión de ciertos compuestos a los plásticos podría crear un cultivo para microorganismos. Las enzimas secretadas por organismos ponen en marcha la despolimerización de materiales, consumen los enlaces de carbono y aceleran la biodegradación». El equipo científico al cargo encapsuló varios complejos enzimáticos en una matriz de poliolefina (polipropileno y polietileno), generando un concentrado de color que se incorporó en la formulación de películas plásticas durante el proceso de producción. «Las películas plásticas contienen una carga inactiva que es completamente reciclable. Cuando estos plásticos acaban en contacto con microorganismos en la naturaleza, su carga genera una reacción enzimática que los convierte en biodegradables en un periodo relativamente corto de tiempo, siempre y cuando se den unos niveles de temperatura y humedad adecuados», añade Buendía. Los nuevos plásticos inteligentes que se descomponen naturalmente son una alternativa flexible a las películas convencionales destinadas a embalajes. Es más, no aumentan ni la densidad ni los costes de producción de los materiales.
Hacia la fabricación a escala industrial
Tras introducir los complejos enzimáticos en las formulaciones de películas plásticas en el laboratorio, los investigadores procedieron a realizar una demostración tecnológica a escala. Para lograr su objetivo, adaptaron varios parámetros en el proceso de fabricación, como la temperatura, el tamaño de las partículas, la dispersión local y otros tratamientos adicionales. «Las películas prototipo obtenidas cumplen con las necesidades del mercado dedicado a las películas para embalaje plástico y cumplen con la norma europea EN 13432, así como con la legislación europea sobre materiales en contacto con alimentos. Estos logros abren una puerta a la producción de películas plásticas biodegradables, compostables y reciclables de bajo coste sin necesidad de modificar los métodos de procesamiento de plásticos actuales», concluye Buendía.
Palabras clave
REBICOM, compostable, película plástica, enzima, envase, Innovative Film Solutions, biodegradable