Utilizar la naturaleza para poner freno a la naturaleza
Las especies de plantas exóticas invasoras son una de las principales amenazas para la diversidad vegetal autóctona, afectan a la salud humana y causan daños económicos. El Reglamento UE 1143/2014(se abrirá en una nueva ventana) sobre la prevención y la gestión de la introducción y propagación de especies exóticas invasoras establece que las medidas de gestión deben evitar cualquier impacto adverso sobre el medio ambiente y la salud humana. Los métodos actuales de control suelen ser indiscriminados: los métodos mecánicos, como la siega agresiva, afectan a otras especies, mientras que los tratamientos químicos con herbicidas acarrean consecuencias medioambientales. El proyecto SOIL-4-CONTROL de la Unión Europea (UE) se centró en los métodos de control biológico. «Si se aplica satisfactoriamente, este método es relativamente económico y eficaz a largo plazo, pero en Europa apenas se utiliza», explica Suzanne Lommen, que contó con el apoyo de las Acciones Marie Skłodowska-Curie(se abrirá en una nueva ventana). «Curiosamente, varias especies europeas que se han convertido en invasoras en otros continentes se han podido controlar con la introducción de enemigos naturales procedentes de Europa. Un ejemplo de ello es la “Senecio jacobaea”, una de las especies de nuestro estudio, que en Norteamérica y Nueva Zelanda está siendo controlada mediante herbívoros europeos», afirma Lommen, que desarrolló su investigación en la Universidad de Leiden(se abrirá en una nueva ventana) en los Países Bajos. En lugar de adoptar el enfoque indiscriminado e insostenible de los métodos de control tradicionales, utilizar la propia naturaleza para poner freno a la naturaleza implica una solución dirigida con atención, que utiliza antagonistas naturales propios del área de distribución original de la especie objetivo.
Unos invitados caros e indeseados
No se dispone de muchos datos sobre el coste exacto que comportan las especies invasoras en Europa. Las estimaciones suelen basarse en los costes de gestión y, a menudo, no tienen en cuenta el alcance de los daños causados en lo que respecta a la biodiversidad, difíciles de expresar como valor monetario. Las especies exóticas invasoras son la segunda causa principal de pérdida de biodiversidad. El Instituto para una Política Europea del Medio Ambiente(se abrirá en una nueva ventana) (IPEMA) ha estimado(se abrirá en una nueva ventana) que cuestan a la UE al menos 12 000 millones EUR al año, y probablemente más de 20 000 millones EUR. «Los resultados de nuestro estudio sobre la ambrosía común invasora en “Nature Communications”(se abrirá en una nueva ventana) indican que esta cifra de 12 000 a 20 000 millones está muy subestimada, puesto que solo los costes totales de la ambrosía común se estiman ya en 7 400 millones al año. Proyectamos el coste de la ambrosía común invasora sobre la base de la distribución de la planta y su polen alergénico transportado por el aire a través de Europa, las densidades de población humana y su propensión a desarrollar alergias. Hemos tenido en cuenta los costes médicos y las bajas laborales de las personas que presentan reacciones asociadas a esta especie vegetal», añade Lommen.
Aprovechar el poder de la naturaleza
En el proyecto se examinaron los daños infligidos por el escarabajo de la hoja «Ophraella communa» en cientos de plantas de ambrosía común. «Demostramos que un escarabajo, el “O. communa”, enemigo natural de la ambrosía común en su área de distribución nativa, reducía la producción de polen de la ambrosía común en el campo en torno a un 80 %, lo que corresponde a la reducción del polen hallado en el aire de la región», expone Lommen. El proyecto ha dado a conocer algunos de sus hallazgos(se abrirá en una nueva ventana) en la revista «NeoBiota». «Al integrar estos datos en modelos espaciales de ambrosía, densidades de polen de ambrosía en el aire, “O. communa”, la población humana y los costes sanitarios relacionados con la ambrosía, demostramos, por primera vez en Europa, que los costes de la ambrosía invasora pueden reducirse en 1 100 millones EUR al año si se utiliza un agente de control biológico. Se pone de manifiesto el gran potencial de aprovechar los enemigos naturales para controlar la maleza invasora». Este es uno de los primeros estudios que muestran el impacto de los agentes de biocontrol sobre las malezas exóticas en Europa. Se demuestra que el pasto de los herbívoros puede tener una gran repercusión sobre las plantas invasoras y mitigar sus efectos negativos. También se destaca la rentabilidad de este método, relativamente barato de aplicar, pero con efectos a largo plazo. En el proyecto también se examinaron dos especies de hierbas nudosas asiáticas, la «Reynoutria japonica», también conocida como «Fallopia japonica» o hierba nudosa japonesa, y la «R. sachalinensis», conocida como hierba nudosa gigante, que se han convertido en invasoras en Europa, donde se hibridan en «R. x bohemica». El psílido «Aphalara itadori» es un insecto que vive específicamente en estas plantas en Japón, el área de distribución de su hospedador. Un estudio confirmó que la especificidad del hospedador del «A. itadori» suponía que, para la flora neerlandesa, los riesgos potenciales de liberarlo en la naturaleza eran mínimos. Estos resultados se utilizaron para solicitar permiso para liberar «A. itadori» con fines de control biológico. Para ello era necesario obtener una exención, ya que la legislación de los Países Bajos prohíbe liberar organismos exóticos en la naturaleza. La solicitud, presentada en 2019, se aprobó en julio de 2020. Lommen explica que el proyecto crió el psílido en un invernadero y lo liberó en especies de hierba nudosa en la naturaleza. «Junto con las partes interesadas y la empresa Koppert Biological Systems(se abrirá en una nueva ventana), ahora buscamos financiación para ampliar el programa de control biológico de la maleza en los Países Bajos y el resto de la UE. Ya contamos con decenas de apoyos, que incluyen a responsables políticos europeos, otras autoridades y diversas organizaciones de defensa de la naturaleza», añade Lommen.