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Fomentar una mejor diplomacia científica frente a retos mundiales

Desde la pandemia hasta el cambio climático, debemos responder a los retos transfronterizos a los que nos enfrentamos hoy en día. Esto hace que estrechar los vínculos entra la ciencia y la diplomacia sea más indispensable que nunca, así que el proyecto S4D4C pretende acercar estas dos disciplinas.

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La seguridad alimentaria y de los alimentos, la gestión de las pandemias, los retos de la ciberseguridad y el potencial de la inteligencia artificial son tan solo algunos ejemplos de campos en los que la ciencia y la política exterior están estrechamente relacionadas. El proyecto S4D4C tenía como objetivo sugerir formas de crear un espacio en que las personas puedan interactuar, centrándose en intereses comunes que precisan acciones colectivas. «Las oportunidades que ofrece la ciencia y la cooperación científica a la política exterior de la Unión Europea (UE) no se aprovechan al máximo», explica Elke Dall, coordinadora del proyecto que trabaja en el Centro para la Innovación Social (Austria). Aunque S4D4C siente que el panorama de la política exterior de la UE está cada vez más preparado para desarrollar y aprovechar la diplomacia científica, las comunidades diplomáticas y científicas no suelen comunicarse entre ellas. Este es el reto que el proyecto trató de abordar. «Desarrollamos un informe en que definimos una visión para la diplomacia científica de la UE que sitúa en el centro la necesidad de hacer frente a los retos mundiales». Estos retos son numerosos. El proyecto S4D4C tuvo en cuenta la mitigación y adaptación al cambio climático y profundizó en la diplomacia mediante un estudio de caso. También se consideraron los instrumentos de cooperación utilizados por África y Europa para abordar la seguridad alimentaria. En conjunto, diversos equipos interdisciplinarios e internacionales de las diez organizaciones socias del proyecto llevaron a cabo nueve estudios de caso, en los que buscaban ejemplos de distintos métodos nacionales, o instrumentos específicos, que fomentasen la diplomacia científica para hacer frente a los retos mundiales. «Queríamos destacar que la diplomacia científica no es algo que ocurra en las embajadas: es un concepto que puede resultar pertinente para todos los investigadores y las organizaciones anfitrionas. Todavía no es una carrera profesional, pero queríamos concienciar sobre la necesidad de profesionalizar estas interacciones».

Repercusiones de un reto mundial

Como sucedió con muchos otros proyectos, S4D4C se vio afectado por la crisis de la COVID-19. «Tuvimos que cancelar reuniones y modificar nuestro plan de trabajo. Aun así, la crisis también nos motivó a compartir algunas observaciones sobre los aspectos de la pandemia relativos a la diplomacia científica, así como algunas recomendaciones políticas». Por ejemplo, la creación de espacios interactivos o la promoción de una fluidez bidireccional entre ciencia y diplomacia para abarcar todo el espectro de la ciencia, incluidas las ciencias sociales. «Nuestro objetivo es garantizar una ciencia abierta e interpretable y que la UE ejerza un liderazgo fuerte basado en valores», explica Dall. La pandemia incitó al debate y el proyecto logró seguir con su labor a pesar de las restricciones asociadas. El equipo organizó tres grandes reuniones para establecer contactos: una en Madrid en 2018, otra en Berlín en 2019 y la última en línea en 2021, además de un curso en línea masivo y abierto (MOOC, por sus siglas en inglés). «Estuvimos encantados de ver el entusiasmo que despertaron estos actos y, en particular, el curso en línea, en el que han participado hasta ahora más de mil personas», señala Dall.

Los múltiples beneficios de la diplomacia científica

S4D4C cree que la ciencia y la política exterior están relacionadas de muchas formas, no únicamente como medios para entender mejor los contextos. «La diplomacia científica también apoya la internacionalización de la ciencia, por ejemplo, al facilitar acuerdos que permitan una cooperación bilateral y multilateral o infraestructuras de investigación transnacionales», explica Dall. Piensa que la cooperación científica también puede servir para facilitar el contacto entre países que no suelen interactuar. «Creemos que gracias a la Declaración de Madrid sobre Diplomacia Científica, en 2019, y la fundación de la Alianza de Diplomacia de Ciencia, Tecnología e Innovación de la UE, en 2021, hemos alcanzado hitos clave hacia estos objetivos. La Alianza, resultado directo de la colaboración entre S4D4C y proyectos conexos, está abierta a la inclusión de otras partes interesadas y tiene como objetivo mejorar la comprensión y las competencias en este campo en los próximos años», concluye Dall.

Palabras clave

S4D4C, ciencia, diplomacia, política exterior, Centro para la Innovación Social, internacionalización de la ciencia, cooperación científica

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