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New twin floating platform for offshore wind turbines

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Seguir a flote con energía eólica marina

A medida que las instalaciones de energía renovable avanzan para cumplir con los objetivos de cambio climático, los científicos han desarrollado turbinas eólicas flotantes a fin de aprovechar las mejores condiciones eólicas de alta mar.

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Con vientos oceánicos más fuertes y flujos de aire más uniformes que en tierra firme, los parques eólicos marinos pueden producir mucha más energía de forma más fiable que los parques eólicos terrestres. Sin embargo, las instalaciones marítimas se han visto limitadas a aguas menos profundas debido a la tecnología actual. La solución son las turbinas eólicas flotantes. Hoy en día, el 90 % de la capacidad de energía eólica marina instalada en todo el mundo se contrata y se opera en el mar del Norte y cerca del Atlántico debido a la poca profundidad y a las buenas reservas eólicas. «No obstante, la combinación de esas dos condiciones no es habitual en el mundo, así que, a una profundidad marina mayor, se necesita energía eólica marina flotante», afirma el coordinador del proyecto SATH, David Carrascosa, director de operaciones en Saitec Offshore Technologies (España). Muchos países como Irlanda, España, Noruega, Japón y los Estados Unidos (la costa oeste) solo tienen una plataforma continental estrecha y poco profunda antes de que la profundidad marina caiga a más de cincuenta o sesenta metros, el límite técnico para las estructuras marinas fijadas al fondo. La solución parece obvia, pero la tecnología de energía eólica flotante no estaba correctamente desarrollada a causa del elevado coste inicial para su investigación. «Ahora estamos viendo una mayor ambición por parte de los Gobiernos, los responsables políticos y el sector privado, y tenemos una visión para reducir el coste de la energía eólica marina flotante con mucha rapidez y alcanzar los niveles de las turbinas eólicas marinas fijadas al fondo probablemente para 2030-3035», comenta Carrascosa. «La energía eólica marina se está volviendo competitiva de forma rápida en comparación con la obtenida por otros métodos de producción de electricidad, pues sus precios están por debajo de la energía nuclear o del gas».

Avanzar hacia demostradores a escala real

Tras la simulación en el tanque de olas, el proyecto avanzó de modelos a escala 1:60 a modelos a 1:36 de cerca de 2 m de alto. «Ahora estamos fabricando una plataforma de demostración a escala real, pasando de un dispositivo de 30 KW a 2 MW, de un dispositivo de 18 m de alto a una plataforma de 70 m», explica Carrascosa. Cada fase requirió análisis hidrodinámicos y ajustes de las herramientas de «software» que se desarrollaron. El mayor desafío fue pasar de proyectos pequeños en un entorno controlado a instalaciones a escala real. «Tuvimos que aprender mucho sobre dirección, gestión y las interacciones entre proveedores, y tuvimos que enfrentarnos también a la COVID-19», añade. La COVID-19 retrasó el ritmo, así que el modelo de demostrador de 18 m terminó por probarse en unas aguas otoñales más agitadas de lo previsto originalmente. Al final, resultó que no hay mal que por bien no venga. «Ahora estamos diseñando la plataforma flotante para usarla todo el año y para instalarla en el mar Cantábrico, una ubicación expuesta con condiciones más duras que en el mar del Norte», afirma Carrascosa. «El diseño debía ser para olas con una altura máxima de 19 m».

La logística de las turbinas eólicas flotantes

Las turbinas grandes no son fáciles de transportar en tierra firme, pero las embarcaciones marítimas pueden alojar turbinas de mayor tamaño y llevarlas a ubicaciones en el mar. «Ahora estamos diseñando un filtro para turbinas que pronto alcanzará los 20 MW, lo cual es inmenso», señala. Las plataformas flotantes están ancladas al lecho marino con cadenas o amarres de cuerda de fibra que permiten que la plataforma rote y siempre esté de cara al viento. Un cable conecta la plataforma a la subestación terrestre. «En función de lo lejos que esté la instalación de la costa, podría necesitar una subestación terrestre intermedia fijada al fondo, o una subestación terrestre flotante que conecte con la red eléctrica en tierra firme», explica Carrascosa. La zona ocupada por parques eólicos marinos es pequeña comparada con el vasto océano y, aunque hay que tener en cuenta las rutas marítimas, «está claro que todos podemos vivir juntos», añade Carrascosa. El proyecto incluyó la investigación de patrones de transporte marítimo y de la actividad pesquera, así como del impacto medioambiental de las plataformas flotantes sobre los mamíferos marinos, los peces y las zonas ambientales protegidas.

Palabras clave

SATH, energía eólica marina, turbina eólica, energía, energía renovable, energía eólica, mar del Norte, mar Cantábrico

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