Eliminación de las barreras entre la ciencia y la sociedad
La comunicación científica ya no sigue un camino lineal desde la ciencia hasta el público. Un mundo de medios digitales en constante expansión ha añadido nuevas complejidades a esta relación, coincidiendo con un crecimiento exponencial de los contenidos. «Todos tenemos que encontrar nuestro camino en medio de una vasta y abrumadora cantidad de información que es difícil, si no imposible, de evaluar de forma independiente», comenta Frank Kupper, profesor adjunto de Comunicación Científica y Participación Pública en la Universidad Libre de Ámsterdam (VU Amsterdam, por sus siglas en neerlandés). «La gente entiende la información científica basándose en su propia experiencia, emociones, valores y visión del mundo», añade. En este contexto, el equipo del proyecto RETHINK, financiado con fondos europeos, estudió el panorama general de la comunicación científica para ver qué podían hacer diferente los científicos y comunicadores al relacionarse con el público. «A menudo, ya tiene lugar un diálogo público sobre la ciencia —explica Kupper, coordinador del proyecto RETHINK—. En lugar de decirle a la gente lo que debería saber, los científicos, los periodistas y los comunicadores deberían encontrar formas de intensificar el diálogo que ya existe».
Creación de espacios para repensar la comunicación científica
RETHINK organizó una serie de Rethinkerspaces por toda Europa, en Italia, los Países Bajos, Polonia, Portugal, Serbia, Suecia y el Reino Unido. En estos seminarios, científicos, comunicadores y otras partes interesadas se reunieron para emprender una investigación autorreflexiva sobre la comunicación científica. Kupper comenta: «Algo que observamos durante el proyecto RETHINK fue que muchos profesionales de la comunicación científica sienten una desconexión entre la ciencia y el público. Esta desconexión percibida podría estar relacionada con las experiencias en línea, un sentimiento más general de sociedad polarizada, la reflexión de que las actividades de comunicación científica llegaban a las mismas personas y no a otros grupos específicos, etc.». A través de los debates, los participantes de RETHINK analizaron cómo mejorar la conexión con el público, incluso con públicos que puedan discrepar de ellos. Destacaron las funciones alternativas de los comunicadores —más allá de compartir conocimientos—, así como los supuestos, valores y visiones del mundo, y la escucha de las necesidades y preocupaciones expresadas por los demás.
Generar confianza en la comunicación científica
A raíz de la pandemia de COVID-19, el cambio climático y otros temas científicos polémicos, el papel de la confianza del público en la ciencia ha pasado a un primer plano. RETHINK demostró cómo experimentos sociales, como los laboratorios de cocreación y las prácticas reflexivas, pueden contribuir a una forma más abierta de hacer ciencia y ayudar a forjar esta confianza. Kupper añade: «Deberíamos hacer algo más que explicar la ciencia. Tendríamos que plantear preguntas, cuestionar las suposiciones y ayudar a imaginar un futuro mejor, al tiempo que interiorizamos el desorden de los principales desafíos del mundo y la pluralidad de puntos de vista implicados».
Acceso abierto a la formación en comunicación científica
RETHINK creó una serie de resúmenes de políticas de acceso abierto que destacan los resultados del proyecto, para ayudar a formar a los futuros profesionales de la comunicación científica. Por ejemplo, el proyecto RETHINK reveló que la mayoría de los comunicadores científicos utilizan las principales redes sociales para llegar de nuevas maneras a un público más amplio, y que los científicos indican que la comunicación en línea fomenta más conversaciones, herramientas que podrían utilizarse para mejorar la calidad de la interacción entre la ciencia y la sociedad. Los resúmenes también establecen una serie de seis virtudes para fomentar las mejores prácticas en la comunicación científica reflexiva. Además, RETHINK elaboró un «navegador para formaciones» sobre comunicación científica, con el fin de compartir los últimos conocimientos, y una herramienta para cartografiar el ecosistema de comunicación científica en línea para campos específicos de la ciencia, que permite a los usuarios ubicar a las personas y organizaciones que se comunican sobre un campo específico de la ciencia en línea. «Creo que es demasiado fácil señalar las deficiencias o los problemas relacionados con el público —concluye Kupper—. Me parece más estimulante pensar en lo que, como científicos y como comunidad comprometida con la ciencia, podríamos hacer de otra forma».
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