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Prebiotic Functional Enhancement of Rumen Microbiomes

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Los prebióticos mejoran la salud del ganado sin antibióticos

En un análisis cuidadoso se ha demostrado cómo los prebióticos pueden mejorar la salud del ganado, eliminando potencialmente la necesidad de los tratamientos con antibióticos.

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Aunque los antibióticos se han utilizado durante mucho tiempo para tratar enfermedades del ganado, en los últimos años se han hecho esfuerzos concertados para limitar su aplicación. Esto se debe a que el uso excesivo de antibióticos ha dado lugar a la resistencia microbiana, lo que dificulta el tratamiento de futuras infecciones. Lo que preocupa a los seres humanos es la posible transmisión de bacterias resistentes a los antibióticos y, por tanto, de enfermedades, a través del agua y el suelo contaminados. También pueden encontrarse residuos de antibióticos en la carne, los huevos y la leche de los animales tratados.

Prebióticos para estimular las bacterias intestinales «buenas»

La coordinadora del proyecto RUMIC Greta Reintjes, de la Universidad de Bremen en Alemania, estaba interesada en investigar nuevas formas de mantener la salud del ganado. En lugar de tratar al ganado con fármacos una vez enfermo, quería ver hasta qué punto alimentarlo con prebióticos podía ayudar a potenciar las bacterias «buenas» de su microbiota intestinal (el conjunto de microbios que viven de forma natural en nuestro cuerpo). Al modular el microbioma intestinal, los prebióticos (como la levadura de cerveza) pueden mejorar el metabolismo, mitigar los patógenos y mejorar la salud general de los animales. De este modo, se evitarían las infecciones y reduciría la necesidad de antibióticos. «Trabajo en el aspecto microbiano y me centré en desarrollar un método para rastrear cómo procesan los azúcares los microbios del intestino», explica Reintjes. «Esto es importante, porque los prebióticos suelen ser azúcares complejos. Si logramos descubrir cómo llegan los prebióticos al intestino, qué microbios los procesan y cómo pueden aumentar la salud natural y los sistemas de defensa, quizá no sea necesario recurrir a los antibióticos». Para el proyecto RUMIC , que cuenta con el apoyo de las Acciones Marie Skłodowska-Curie, Reintjes se asoció con el laboratorio del investigador Wade Abbott, de Agriculture and Agri-Food Canada, un organismo gubernamental con amplias instalaciones de investigación. La colaboración le permitió a Reintjes probar su método tanto en ganado como en laboratorio. «Utilizamos técnicas simuladas, en la medida de lo posible, para reducir al máximo el estrés de los animales», añade. Al combinar imágenes de células vivas con química analítica y bioinformática, Reintjes pudo analizar el efecto de los prebióticos en el ganado y sus microbiomas.

Pruebas de los beneficios de los prebióticos

«Con nuestra metodología, pudimos rastrear cómo los prebióticos son absorbidos por el microbioma natural e identificar microorganismos específicos que respondieron positivamente», dice Reintjes. «También pudimos identificar azúcares prebióticos que podían obtenerse fácilmente de los flujos de residuos existentes: la levadura de cerveza, por ejemplo». Reintjes también identificó los azúcares complejos extraídos de las algas marinas como una posible fuente futura de prebióticos para piensos. «El objetivo de este proyecto siempre fue combinar metodologías y análisis microbiológicos con información agrícola», señala. «Queríamos aportar nueva información a la agricultura, con pruebas de los beneficios que tiene incluir prebióticos en los piensos en lugar de antibióticos».

Crear valor a partir de los flujos de residuos existentes

Reintjes espera que el éxito del proyecto anime a los ganaderos a diversificar las dietas del ganado y utilizar prebióticos para la salud de los animales y crear valor a partir de los flujos de residuos existentes en industrias como la cervecera y la vinícola. También podrían crearse nuevos mercados para los azúcares complejos procedentes de las algas, especialmente en las zonas costeras que desde hace tiempo las incorporan a los piensos. «Utilizar algas de origen local es estupendo, porque no es necesario utilizar más tierra ni recoger una cosecha que se destinaría al consumo humano», afirma Reintjes. «Nuestro próximo paso es probar las algas en los piensos, para ver si a las vacas les gusta su sabor. ¡Te sorprendería lo quisquillosas que pueden ser las vacas!».

Palabras clave

RUMIC, ganado, antibióticos, antimicrobianos, bacterias, ganado vacuno, prebiótico

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