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¿Cómo decidimos el emplazamiento de los parques eólicos?

La energía eólica es más imprevisible que la energía solar o la hidráulica y, por tanto, puede ser más difícil de explotar. Sin embargo, buscar el viento adecuado no es más que el primer paso, como señala Nicolas Meerts, experto en la materia.

Energía icon Energía

El paisaje europeo, desde la costa irlandesa hasta las islas griegas, está salpicado de aerogeneradores que suministran energía limpia y renovable. A pesar de la innovación constante del sector, decidir el emplazamiento adecuado para construir los aerogeneradores sigue siendo un proceso largo y complejo. «Hay muchos retos que superar para que un proyecto eólico se haga realidad», explica Meerts, responsable técnico de 3E, una empresa proveedora de soluciones de energía renovable con sede en Bélgica. «En el aspecto técnico, lo más importante es definir la incertidumbre del recurso eólico. Sin esa definición resulta imposible financiar el proyecto». Dicho de otro modo, una cosa es saber que una colina determinada está muy expuesta al viento y otra que el proyecto sea rentable a largo plazo. Eso es lo que quieren saber los bancos y los inversores antes de apostar por un proyecto eólico de envergadura.

Un proceso de selección complejo

Por lo general, el primer paso del proceso de selección —la fase de viabilidad previa— consiste en elaborar una lista preliminar de emplazamientos posibles. Para ello se consideran criterios de diversa índole, desde la distancia del emplazamiento a la red eléctrica y las viviendas cercanas hasta cuestiones medioambientales. Cuando se reduce la lista preliminar comienza el estudio de viabilidad propiamente dicho. El coste de dicho estudio oscila entre quinientos mil y un millón de euros. A continuación, se convocará a especialistas en ingeniería geotécnica y medio ambiente, además de expertos en hidrología y topografía que contribuyan a conocer más a fondo el emplazamiento. ¿Y qué ocurre con el elemento más importante? «La campaña de medición forma parte de esta fase», afirma Meerts. «Para ello es necesario instalar en el emplazamiento un dispositivo que mida el viento y esperar un año para recoger los datos. Estos datos aportan a los promotores información bastante precisa de la potencia eólica, que será la base para empezar a modelizar y definir la incertidumbre del recurso eólico». Sin embargo, determinar la cantidad de viento que sopla en un emplazamiento es sólo un aspecto más del proceso, señala Meerts. También hay otras limitaciones, como la necesidad de garantizar el cumplimiento de la normativa ambiental, controlar el impacto en la biodiversidad y tener en cuenta la opinión pública. Además, la infraestructura, el ordenamiento jurídico y la capacidad de acceso a los datos varían de un país a otro.

Optimizar el uso de datos para planificar parques eólicos

La buena noticia es que el avance informático de los últimos años ha abierto nuevas oportunidades que permiten aprovechar un mayor volumen de datos. Esto podría facilitar el desarrollo de modelos más precisos y aportar mayor claridad para reducir el riesgo. Si se lograra suprimir la necesidad de recopilar datos eólicos durante un año en los posibles emplazamientos, el ahorro sería considerable y, posiblemente, se daría luz verde a un mayor número de proyectos de parques eólicos. Un ejemplo de innovación en este campo es la tecnología «Virtual Met Mast». Se trata de una solución automatizada para generar datos y análisis de recursos eólicos que ha desarrollado el equipo del proyecto WindSider, financiado con fondos europeos. Esta tecnología permite aprovechar datos meteorológicos recogidos en las dos últimas décadas. El programa «Virtual Met Mast» combina modelización matemática con aprendizaje profundo y datos pioneros de observación de la Tierra de las misiones Sentinel de Copernicus para generar datos de recursos eólicos a largo plazo. La idea es que los promotores puedan aprovechar estos datos para analizar más emplazamientos, mitigar las oportunidades perdidas y optimizar las proyecciones con más rapidez que nunca. «Falta mucho por hacer, pero el valor que tienen los proyectos públicos de investigación es que motivan a la industria a aunar esfuerzos con un objetivo común», añade Meerts. Haga clic aquí para obtener más información sobre la investigación de Meerts: Generación de datos eólicos fiables con inteligencia artificial y en la nube.

Palabras clave

WindSider, viento, aerogeneradores, energía, renovables, biodiversidad, medioambiental