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¿Pueden nuestros sueños aumentar nuestra productividad en el trabajo?

Una reciente investigación concluye que algunas experiencias oníricas significativas pueden ayudarnos a aumentar nuestra productividad laboral.

Investigación fundamental icon Investigación fundamental

Cada vez que nos despertamos para comenzar una nueva jornada laboral, es probable que nos hayamos pasado la noche soñando. Si las investigaciones están en lo cierto, usted podría formar parte del 40 % de personas que, cada mañana, aún recuerda sus sueños de la víspera. Los hallazgos de un equipo de investigación de la Universidad de Notre Dame (Estados Unidos) revelan que, al recordar un sueño registrado la noche anterior, la mayoría de personas tienden a establecer conexiones entre dichos sueños y su vida de vigilia. Estos vínculos, ya sean reales o no, acaban modificando nuestra forma de pensar, sentir y actuar en el trabajo. El mencionado estudio se ha publicado en el «Academy of Management Journal».

El valor de un dulce sueño

«Al igual que ocurre con una epifanía, hemos descubierto que establecer una relación entre los sueños y la realidad nos produce asombro, una emoción que nos invita a pensar en nosotros mismos y a reflexionar sobre nuestras experiencias de manera existencial», señaló Casher Belinda, autor principal y profesor adjunto de Gestión en Notre Dame, con ocasión de una nota de prensa publicada acerca del proyecto. «Esto acaba provocando que los habituales motivos de estrés laboral nos parezcan menos acuciantes, lo que fomenta nuestra resiliencia y productividad a lo largo de la jornada laboral». Junto a estas conclusiones, el profesor Belinda, experto en conductas organizativas, añadió lo siguiente: «Aprovechar los beneficios del asombro puede resultar muy valioso para cualquier organización. Y uno de nuestros principales objetivos consistía en entender cómo sacar partido a estos hallazgos». «La gente se siente sobrecogida cuando experimenta una impresión imponente o cuando se enfrenta a algo que desafía sus capacidades o su forma de ver el mundo», apuntó el profesor. «Tales vivencias pueden presentarse de distintas formas, ya sean físicas, como ocurre al contemplar una aurora boreal, o conceptuales, como cuando se perciben las implicaciones de una gran teoría». Los investigadores llevaron a cabo tres estudios en los que se analizaron unos cinco mil informes matutinos sobre recuerdos oníricos procedentes de empleados que trabajaban a jornada completa. En particular, los miembros del equipo desarrollaron un estudio de campo durante una mañana, otro estudio más durante un día completo entre la mañana y la tarde, y un tercer estudio —consistente en un muestreo experimental— durante dos semanas. Los resultados demostraron que las relaciones descritas mantenían su validez aunque los investigadores tuvieran en cuenta otros factores, como cuánto o cómo dormían las personas encuestadas. Ello sugiere que los efectos psicológicos causados por el recuerdo o por el descubrimiento del significado de un sueño podrían contrarrestar, en ciertos casos, las secuelas fisiológicas debidas a dormir mal.

¿Cómo afecta esto al trabajo?

Son muchas las personas que, justo antes de abrir los ojos para irse a trabajar, han estado soñando durante varias horas o incluso algunos minutos. De acuerdo con el mencionado estudio, ser capaces de recordar nuestros sueños —que son de lo más reales mientras estamos durmiendo— puede ejercer un beneficioso influjo sobre nuestra vigilia y sentar las bases para el día que comienza. «Tal vez lleguemos al trabajo poco después de haber interactuado con seres queridos ya fallecidos, de entregarnos o escapar por los pelos a algún suceso traumático y de ejecutar alguna gesta de insólita habilidad», explica Belinda. «Sean cuales sean nuestras creencias personales sobre los sueños, este tipo de experiencias determinan poderosamente nuestra vida de vigilia, incluso por lo que atañe a nuestra productividad laboral». En este sentido, Belinda recomienda anotar en un diario todo esos «sueños significativos» que no deberían caer en el olvido. «Registrar los sueños nos da la oportunidad de sentir, una y otra vez, emociones saludables y de establecer vínculos entre unos sueños y otros». Además, el profesor recomienda, tanto a directores como a empleados, promover experiencias de asombro en el entorno laboral.

Palabras clave

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