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Commercial flagship plant for bioethanol production involving a bio-based value chain built on lignocellulosic feedstock

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Transformación de residuos agrícolas en combustible sostenible

La tecnología sunliquid® permite producir etanol celulósico a partir de azúcares derivados de residuos agrícolas, una fuente bastante infrautilizada. Dicha tecnología maximiza el rendimiento fermentando simultáneamente la glucosa y la xilosa para obtener combustible.

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La división alemana de la empresa suiza Clariant, coordinadora del proyecto financiado con fondos europeos LIGNOFLAG, ha ampliado el espectro de materias primas para la producción de biocombustibles, lo que podría hacerla más sostenible y menos competitiva con la producción de alimentos.

Superar los obstáculos a la producción comercial de bioetanol

«Por ejemplo, el etanol celulósico es un biocombustible avanzado a partir de materiales celulósicos como la paja de trigo, el rastrojo de maíz, la paja de arroz, la caña de azúcar y el bagazo», señala Ralf Hortsch, director de estrategia y comercialización del segmento de negocio de biocombustibles y derivados de Clariant. Hasta ahora, el reto ha consistido en desarrollar un proceso tecnológicamente viable y rentable. «La innovadora tecnología sunliquid® de Clariant está en camino de cumplir esos requisitos, al convertir eficazmente los residuos agrícolas en biocombustibles avanzados respetuosos con el clima», añade Hortsch. Clariant, que cuenta con apoyo a través de la financiación de LIGNOFLAG, construyó y opera una planta de producción a escala comercial en Podari (Rumanía) utilizando el proceso sunliquid®. Una característica fundamental es su pretratamiento sin productos químicos, que contribuye a garantizar un funcionamiento más limpio. El proceso también utiliza una producción integrada de enzimas que no solo minimiza los costes, sino que también elimina la necesidad de almacenar y transportar enzimas. Esas enzimas están hechas a medida y optimizadas para lograr la máxima eficacia. Y lo que es más importante, la tecnología transforma eficazmente dos tipos de azúcares —glucosa y xilosa— en etanol. Por lo tanto, utilizar más partes de la materia prima ayuda a mejorar la eficacia y el rendimiento del proceso. «La planta, de dimensiones comerciales, se encuentra en la fase de crecimiento y ofrece la oportunidad de establecer una nueva cadena de valor desde la materia prima lignocelulósica hasta el etanol celulósico, que incluye la distribución del producto y la valorización de los subproductos», afirma Stefan Brejc, vicepresidente del segmento de negocio de biocombustibles y derivados de Clariant. «Establece nuevas opciones no solo para su uso en el transporte por carretera, sino también como materia prima con bajas emisiones de CO2 para combustible de aviación sostenible o etileno».

Los beneficios de la tecnología se extienden a muchos ámbitos

Centrándose en toda la cadena de valor, desde la materia prima hasta el producto, los investigadores superaron con éxito los obstáculos para comercializar el etanol celulósico. «Nos dirigimos principalmente al mercado del transporte por carretera mezclando etanol con gasolina para crear un biocombustible avanzado. Así se cumple la Directiva sobre fuentes de energía renovables DFER II, que obliga a utilizar este tipo de combustibles. Nuestra tecnología destaca por su importante ahorro en CO2 y su clasificación como biocombustible avanzado», subraya Brejc. «Además, a medida que crece la movilidad verde, prevemos ampliar el uso de etanol celulósico para combustibles de aviación sostenibles, lo cual nos cualifica para la https://www.europarl.europa.eu/thinktank/es/document/EPRS_BRI(2022)698900 (iniciativa “ReFuelEU Aviation”)». Otra aplicación prometedora es el uso del etanol de segunda generación como materia prima para el sector químico. El etanol celulósico podría convertirse en etileno verde, un ingrediente fundamental de los materiales de envasado ecológicos. La tecnología de Clariant tendrá importantes repercusiones socioeconómicas y medioambientales. «Debería ayudar a crear una nueva cadena de valor de origen biológico para la producción de etanol celulósico y conducir a una reducción de hasta el 95 % de las emisiones de CO2 en comparación con las alternativas de origen fósil. También movilizará los residuos agrícolas —una materia prima renovable local y actualmente infrautilizada— y apoyará la transformación de una economía de origen fósil a otra de origen biológico y circular», concluye Brejc.

Palabras clave

LIGNOFLAG, etanol celulósico, Clariant, biocombustible, sunliquid®, residuos agrícolas, azúcar, bioetanol

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