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Implementation of integrated and innovative Precision Agriculture management strategies to reduce the occurrence of ochratoxins along the vine value chain products: grapes, raisins/currants and wine

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Acción integrada para garantizar la salud de las vides

La gestión de la agricultura de precisión podría ayudar a los agricultores a detectar precozmente las infecciones fúngicas potencialmente peligrosas y a aplicar soluciones específicas respetuosas con el medio ambiente.

Alimentos y recursos naturales icon Alimentos y recursos naturales

La ocratoxina es una micotoxina de origen natural que se encuentra en una gran variedad de cultivos agrícolas, incluida la uva. Los viticultores están constantemente en guardia para detectar la presencia de ocratoxina, ya que puede representar una importante amenaza para la salud. Muchos otros productos agrícolas como el café, los cereales, el pan, el cacao, los frutos secos, la cerveza, el vino, el chocolate y las especias también pueden estar infectados.

Dificultades para combatir la ocratoxina

«La ocratoxina se produce como subproducto de ciertos hongos», explica el coordinador del proyecto OchraVine Control, Dimitris Tsitsigiannis, de la Universidad Agrícola de Atenas. «Eso puede ser peligroso para la salud, y también muy difícil de abordar». Una de las razones es que la ocratoxina la producen hongos en un momento en que las uvas están llenas de azúcar y próximas a la vendimia. Ello dificulta enormemente el tratamiento con fungicidas, debido al riesgo de residuos de plaguicidas en el producto final. Las ocratoxinas también pueden acumularse en las pasas y las grosellas cuando se dejan secar. Asimismo, el tratamiento con fungicidas en esta fase o en fases anteriores es extremadamente difícil.

Detener la proliferación de hongos

Para superar estos retos, el equipo del proyecto OchraVine Control trató de encontrar formas de detener el arraigo de los hongos y aplicar productos fitosanitarios biológicos y sintéticos en la fase adecuada de crecimiento de la uva, basándose en modelos de predicción. El equipo del proyecto contó con el apoyo de las acciones Marie Skłodowska-Curie. «Lo conseguimos combinando tecnologías digitales con estrategias inteligentes de gestión integrada para prevenir, controlar y minimizar el riesgo de contaminación en uvas, pasas y vino», afirma Tsitsigiannis. «Para ello, primero necesitábamos conocer las condiciones que favorecen el crecimiento del hongo en primer lugar y poder predecir el riesgo de ocratoxina en los viñedos». El equipo del proyecto llevó a cabo una investigación fundamental sobre el modo exacto en que un hongo denominado «Aspergillus carbonarius» invade y coloniza determinados cultivos. A continuación, se recopilaron datos medioambientales, incluidos los de las estaciones meteorológicas, y se introdujeron en modelos matemáticos y algoritmos informáticos. Asimismo, se diseñaron para determinar el nivel potencial de riesgo para los viticultores. El equipo del proyecto también investigó los medios más eficaces para tratar preventivamente los cultivos. Para ello, evaluó combinaciones de productos biológicos ya comercializados o novedosos descubiertos por el grupo de investigación y los evaluó en viñedos de Grecia. «Nuestro objetivo era intervenir lo antes posible y reducir al mínimo la necesidad de plaguicidas sintéticos», añade Tsitsigiannis. Un prototipo de sistema de apoyo a las decisiones reunió toda esta información, proporcionando a los agricultores, a través de una aplicación, información de alerta rápida sobre el nivel de riesgo que plantean las ocratoxinas, y qué combinación de agentes biológicos sería más eficaz.

Sistema de apoyo a las decisiones como servicio

En la actualidad, un socio del proyecto pretende comercializar el sistema de apoyo a las decisiones como servicio, y Tsitsigiannis cree que todas las tecnologías desarrolladas a través del proyecto podrían introducirse en el mercado en un plazo de cinco a diez años. Además, cree que serán muy necesarias. «El cambio climático provocará aumentos de temperatura especialmente en el sur de Europa y el norte de África», señala. «Eso aumentará el riesgo de contaminación por ocratoxina. Así pues, la gestión de las ocratoxinas en la zona mediterránea va a ser muy importante». De cara al futuro, Tsitsigiannis está interesado en desarrollar nuevos productos de control biológico que algún día puedan sustituir a los plaguicidas sintéticos, y en emplear sensores e imágenes por satélite, dron o de proximidad para detectar precozmente las enfermedades de los cultivos. Todos esos elementos, espera, acabarán introduciéndose en el mercado en una solución integrada y respetuosa con el medio ambiente que dará lugar a productos de la uva más seguros.

Palabras clave

OchraVine Control, agricultura, viticultor, ocratoxina, micotoxina, hongos, plaguicida

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