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Genetic, behavioural and cognitive mechanisms underpinning the association between mother and offspring mental health problems: mental (M) health (H) intergenerational transmission (INT) -(MHINT)

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Cara a cara: las cámaras frontales ayudan a abordar la transmisión intergeneracional de problemas de salud mental

La innovadora metodología de MHINT, que cuenta con algunas primicias, permite explicar cómo y por qué los problemas de salud mental maternos se pueden transmitir a la descendencia, lo que ayudará a identificar estrategias que puedan romper este ciclo.

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Si bien las investigaciones sugieren la existencia de un vínculo entre la salud mental de los progenitores y la de sus hijos, se ha avanzado poco para explicarlo o identificar estrategias que rompan este ciclo. Rebecca Pearson, coordinadora del proyecto MHINT, financiado por el Consejo Europeo de Investigación, afirma que los hijos de madres con enfermedades mentales siguen teniendo muchas más probabilidades de padecer problemas de salud mental. En el proyecto MHINT, cuyo equipo ha publicado ya más de cuarenta artículos, se emplearon diferentes tecnologías y técnicas analíticas innovadoras para obtener pruebas más detalladas, naturales y genéticamente sensibles de lo que nunca antes había sido posible.

Estudio de las interacciones maternofiliales

El sistema de cámara frontal ponible de MHINT, diseñado conjuntamente con progenitores, investigadores y científicos de datos, junto con un esquema de codificación de microcomportamientos, registró los comportamientos de trescientas díadas madre-hijo en el Reino Unido. Tanto el progenitor como el hijo llevaban las cámaras mientras estaban en casa. Las imágenes fueron microcodificadas por los investigadores. Estos datos se integraron en estudios existentes, incluido un estudio de los años noventa del siglo pasado con más de doscientos viente progenitores y bebés y su análisis preliminar proporcionó resultados interesantes. Por ejemplo, se observó que por cada «unidad» de aumento del estado de ánimo depresivo, el cuidador (por lo general, el padre o la madre) dedicaba menos tiempo a mostrar respuestas faciales empáticas al niño como, por ejemplo, «fingir sorpresa». «Estas respuestas emocionales reflejo parecen ser menos frecuentes cuando los progenitores tienen problemas de bajo estado de ánimo, lo que dificulta la absorción de las emociones de los demás», explica Pearson. Además, por cada unidad de aumento del estado de ánimo depresivo, el cuidador principal dedicaba un 37 % más de tiempo a observar a los cuidadores secundarios (por lo general, el padre u otros adultos). Es más, los hijos de progenitores con más síntomas depresivos pasaban un 28 % más de tiempo mirando a otro niño que los de los progenitores con menos síntomas depresivos. «Quizá esto refleje el hecho de que las personas deprimidas suelen necesitar apoyo social, lo que significa que las madres que comúnmente manifiestan un estado anímico bajo tras el parto deberían buscar todo el apoyo posible», explica Pearson.

La repercusión de la genética en la salud mental maternofilial

El equipo investigó asimismo cómo la naturaleza (genética) puede repercutir en la salud mental maternofilial. A partir de un conjunto de datos de más de diez mil personas, procedente de siete cohortes internacionales con datos genéticos y fenotípicos intergeneracionales, se modelizaron los riesgos genéticos de salud mental en los hijos, madres y padres por primera vez. También se efectuó una comparación de la similitud entre las puntuaciones genéticas en determinados rasgos, como el neuroticismo. En este sentido, se descubrió la existencia de vínculos genéticos directos e indirectos entre el neuroticismo parental y los problemas emocionales de los niños a lo largo de su desarrollo. «Las díadas progenitor-hijo con mayor similitud emocional genética, indicada por puntuaciones genéticas similares en neuroticismo, revelaron un mayor disfrute en la relación, sobre todo en el caso de los chicos», agrega Pearson.

Detección de señales emocionales sutiles en las interacciones entre progenitores y adolescentes

A fin de determinar si el apoyo materno a la crianza podría beneficiar a la salud mental infantil, se llevó a cabo un metaanálisis de más de cincuenta estudios de intervención. Las estrategias centradas en la relación entre progenitores e hijos, así como la adopción de medidas tempranas en la crianza de los hijos, fueron las más prometedoras para prevenir los problemas de interiorización en niños y adolescentes. «En lugar de considerar la crianza de los hijos de forma aislada, lo importante es comprender y fortalecer las conexiones dinámicas y dependientes del contexto entre progenitores e hijos», comenta Pearson. Hace poco, el equipo logró integrar su metodología basada en el empleo de cámaras frontales en un estudio que registra las interacciones entre progenitores e hijos adolescentes. También se ha empelado un programa informático de lectura de emociones guiado por inteligencia artificial para analizar las imágenes y detectar señales emocionales más sutiles: «Esto podría posibilitar la adopción de estrategias tempranas, algo que antes era impensable, sobre todo teniendo en cuenta que la mayoría de los padres intentan “enmascarar” su angustia», afirma Pearson. Para promocionar el proyecto y recabar opiniones, se han celebrado actos comunitarios creativos por todo el Reino Unido, entre ellos una gira en furgoneta por comunidades de difícil acceso, así como una representación teatral inmersiva.

Palabras clave

MHINT, madre, hijo, salud mental, cámara frontal ponible, inteligencia artificial, comportamiento, neuroticismo, depresión, crianza, intergeneracional

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