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Individual Change of HAbits Needed for Green European transition

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Los laboratorios vivientes aumentan el compromiso medioambiental

Unos investigadores ponen la tecnología en manos de aficionados a la ciencia para promover la recopilación de datos, la concienciación medioambiental y los estilos de vida sostenibles desde el punto de vista del medio ambiente en ocho ciudades.

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Cumplir los objetivos del Pacto Verde Europeo requiere la participación activa de los ciudadanos. El equipo del proyecto I-CHANGE, financiado con fondos europeos, utiliza un conjunto de herramientas de recopilación de datos y un método multidisciplinario para lograr la participación de la ciudadanía y sensibilizarla sobre el cambio climático.

Afrontar los retos ambientales en los laboratorios vivientes

El equipo de I-CHANGE opera a través de laboratorios vivientes situados en Ámsterdam, Barcelona, Bolonia, Dublín, Génova, Hasselt, Jerusalén y Uagadugú, en África Occidental. El proyecto se centra en los ciudadanos y todos los laboratorios vivientes incorporan un marco de cuádruple hélice que conecta a las partes interesadas del Gobierno, la industria, la comunidad científica e investigadora y la sociedad civil. El clima extremo, la contaminación atmosférica, los patrones del tráfico y la gestión de residuos son algunas de las preocupaciones que se estudian en los laboratorios vivientes. En Ámsterdam, los ciudadanos contribuyeron recopilando datos sobre la temperatura de los hogares para fundamentar las decisiones políticas sobre el diseño de los edificios. En Bolonia, el equipo de I-CHANGE se centró en la calidad del aire, la eficiencia energética de los edificios y el transporte sostenible, y abordó también la protección de la biodiversidad urbana. En Dublín, una de las ciudades más congestionadas de Europa, el equipo de I-CHANGE colaboró con centros escolares para recopilar datos sobre los patrones del tráfico a la hora de dejar y recoger a los alumnos. En la ciudad de Uagadugú (Burkina Faso), los participantes se centraron en las repercusiones de las lluvias torrenciales en las inundaciones y la gestión de residuos.

Tecnología para los aficionados a la ciencia

La tecnología desempeña un papel fundamental a la hora de permitir a los ciudadanos participar en actividades científicas importantes. Según el coordinador del proyecto, Antonio Parodi: «Entre las herramientas más importantes utilizadas en los proyectos piloto de los laboratorios vivientes están MeteoTracker, el Smart Citizen Kit y las fotografías tomadas con cámaras digitales». En los laboratorios vivientes de I-CHANGE se utilizaron más de cien MeteoTrackers y cincuenta Smart Citizen Kits, y los aficionados a la ciencia recopilaron más de mil fotos relacionadas con el cambio climático. MeteoTracker es una miniestación meteorológica diseñada para recoger datos de vehículos en movimiento. Sus componentes incluyen una aplicación móvil, una plataforma web y un mapa que permite a los usuarios visualizar los datos. El Smart Citizen Kit es un conjunto de «hardware» modular que proporciona herramientas para la vigilancia ambiental. Los kits recopilan datos sobre múltiples parámetros, como humedad, temperatura, ruido y niveles de luz. Una de las herramientas más potentes es la cámara digital. Parodi explica: «La fotografía se ha convertido en el medio de comunicación para implicar a los ciudadanos y promover la participación activa en las cuestiones del cambio climático, el desarrollo sostenible y la protección del medio ambiente». Una cámara digital permite a un fotógrafo aficionado convertirse en aficionado a la ciencia, y los concursos nacionales de fotografía y otras actividades generan interés y conciencian a la ciudadanía sobre el cambio climático. Elena Tramelli, directora de dos escuelas de Génova que participan en I-CHANGE, considera que el papel desempeñado por el proyecto es esencial para satisfacer las necesidades educativas modernas. Tal y como declara Tramelli: «Las escuelas necesitan alianzas educativas con expertos que se pongan al servicio de las necesidades emergentes. Lo que hace que el proyecto sea extraordinario es la sinergia que se consigue. En I-CHANGE se produce un círculo virtuoso de intercambio recíproco entre todas las partes implicadas».

Creación de plataformas, paneles de control y aplicaciones

La tecnología en manos de los aficionados a la ciencia es importante, pero también lo es el «software» que permite a las partes interesadas acceder a los datos recopilados. Entre los logros alcanzados en el marco del proyecto está la mejora de la usabilidad e interoperabilidad del Centro de Impacto Ambiental, una plataforma que recopila y publica una amplia gama de datos. De cara al futuro, el equipo del proyecto espera una mayor adopción del panel de control de I-CHANGE y de la aplicación Challenge Yeti. Parodi señala: «El panel de control de I-CHANGE está diseñado para proporcionar herramientas para concienciar, implicar y capacitar a los ciudadanos, y producir cambios de comportamiento hacia estilos de vida más respetuosos con el medio ambiente y adaptados al clima». La aplicación Challenge Yeti hace un seguimiento de la huella de carbono de cada persona y fomenta el cambio de comportamiento mediante mecanismos de recompensa y ludificación. Al usar la tecnología, los aficionados a la ciencia pueden aportar datos importantes que sirvan de orientación a las políticas. Y lo que es aún más importante, el trabajo de los laboratorios vivientes tiene el potencial de concienciar y cambiar comportamientos. Al poner los dispositivos de recopilación de datos en manos de los ciudadanos, en I-CHANGE se les capacita para impulsar un cambio valioso.

Palabras clave

I-CHANGE, laboratorios vivientes, aficionado a la ciencia, MeteoTracker, Smart Citizen Kit, Challenge Yeti, Centro de Impacto Ambiental, compromiso medioambiental, fotografía digital

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