¿Qué dice de su personalidad el hecho de tener un perro o un gato?
A menudo se oye a los dueños de mascotas decir que son personas de perros o gatos. Asimismo, existe el estereotipo de que la «loca de los gatos» es una señora solitaria, mientras que los devotos de los perros se consideran más estables y menos neuróticos. Para averiguar si hay algo de cierto en estos viejos estereotipos, unos investigadores de la Universidad James Cook (JCU, por sus siglas en inglés) de Queensland (Australia) analizaron las respuestas a una encuesta en línea de trescientos veintiún adultos australianos propietarios de perros y gatos, y de ninguno de los dos. Midieron los rasgos de personalidad como la extroversión, la amabilidad, la apertura, la conciencia, el neuroticismo y la resiliencia, y tuvieron en cuenta también la edad y el sexo. A los participantes que tenían ambas mascotas se les pidió que eligieran con cuál se sentían más unidos o pasaban más tiempo. Alrededor del 60 % eligió a los perros.
¿Está justificada la etiqueta de «loca de los gatos»?
Los resultados mostraron que los enamorados de los caninos eran más resilientes, mientras que los fanáticos de los felinos eran más neuróticos y no tan eficaces a la hora de gestionar o adaptarse al estrés. Las mujeres superaron a los hombres en la escala de neuroticismo. El estudio se publicó en la revista «Anthrozoös»(se abrirá en una nueva ventana). «La tenencia de perros se ha asociado a una reducción de la soledad en personas que viven solas durante periodos de aislamiento prolongado, como durante los confinamientos de la COVID-19, lo que sugiere mayores niveles de resiliencia en los dueños de perros», explicó Jessica Oliva, coautora y catedrática de Psicología de la JCU, en una nota de prensa(se abrirá en una nueva ventana). «Por eso en nuestra investigación se analizó el poder predictivo de la tenencia de perros frente a la de gatos sobre los rasgos de la personalidad y la resiliencia».
¿Influyen los genes en la elección de la mascota?
Oliva afirmó que los factores genéticos podrían tener algo que ver con el hecho de que las personas introvertidas o neuróticas elijan los gatos, mientras que las más resilientes prefieran los perros. «Curiosamente, hay pruebas que apoyan la idea de que los genes influyen en la tenencia de una especie concreta. Es posible que las influencias sobre la tenencia estén vinculadas a rasgos de personalidad de origen genético, de modo que tanto el rasgo de personalidad como la propensión a poseer un animal concreto se heredan». Y añadió: «En pocas palabras, a las personas predispuestas por naturaleza a ser resilientes les pueden gustar más los perros, en lugar de que el perro motive que las personas sean resilientes. Aunque es probable que las responsabilidades y los posibles retos asociados a tener un perro también generen resiliencia con el tiempo, o que sea una mezcla de ambas cosas». La tenencia de mascotas aumentó considerablemente para afrontar el aislamiento y la soledad de la pandemia mundial reciente. Sin embargo, Oliva no ve pruebas sólidas que apoyen la adquisición de un nuevo gato o perro para el bienestar psicológico. «Parece que la personalidad del propietario, en particular sus niveles de resiliencia, son probablemente más importantes. Además, subraya que la decisión de adquirir un animal de compañía en cualquier momento debe estar siempre bien meditada, con el compromiso de cuidarlo durante toda su vida y con el bienestar del animal en el primer plano de la decisión». No, no eres neurótico por ser dueño de un gato. Y no por tener un perro eres necesariamente menos susceptible a la ansiedad y el estrés. Hay que aceptar que somos tan únicos como los amigos peludos de cuatro patas a los que queremos y cuidamos.