¿Cómo puede el dióxido de carbono abaratar la energía verde?
Las centrales de energía solar de concentración (ESC) utilizan el calor de los rayos solares para hervir agua y accionar una turbina de vapor. Sustituir el agua por un fluido de dióxido de carbono supercrítico permite a los operadores utilizar una turbina más pequeña y sencilla. Pero las altas temperaturas ambientales de los entornos desérticos limitan la eficacia con la que puede convertir el calor en electricidad. En el proyecto SCARABEUS, financiado con fondos europeos, se identificaron sustancias químicas que podrían mezclarse con el fluido de dióxido de carbono para elevar su punto de condensación, lo que le permitiría funcionar en ambientes calurosos. El proyecto se presenta ahora en la serie de vídeos explicativos de CORDIS titulada «Make the connection with EU science». Al posibilitar un ciclo térmico más eficiente, SCARABEUS logró abaratar el coste de la electricidad generada. «En Sevilla, una central de ESC demostró un coste normalizado de la electricidad inferior a 90 EUR/MWh, una mejora considerable en comparación con los 120 EUR/MWh de las tecnologías comerciales», señala el coordinador del proyecto, Giampaolo Manzolini. El trabajo contribuirá a hacer de las centrales de ESC una opción más viable para suministrar energía a la red y favorecer la transición ecológica. «Make the connection with EU science» consiste en una serie de vídeos explicativos centrados en el contenido científico y la aplicación de los proyectos de investigación de la Unión Europea.
Palabras clave
SCARABEUS, ESC, energía solar de concentración, ciclo energético, altas temperaturas, fluido de trabajo, dióxido de carbono supercrítico