Prospección de hidrocarburos en las profundidades oceánicas
A pesar de los importantes avances realizados, Europa aún no puede satisfacer toda su demanda energética con recursos renovables. Mientras no sea así, los combustibles fósiles seguirán siendo una importante fuente de energía. Pero eso no significa que Europa no pueda utilizar formas más limpias de combustibles fósiles. «Las economías y los ciudadanos europeos necesitan una energía sostenible, asequible y con un suministro seguro y fiable», afirma Jens Kallmeyer, geomicrobiólogo del Centro Helmholtz de Geociencias(se abrirá en una nueva ventana).
El gas natural cumple todos los requisitos
El gas natural no solo produce menos emisiones que otras energías basadas en combustibles fósiles, sino que además es un recurso que puede encontrarse aquí mismo, en Europa. El reto es que Europa es un continente densamente poblado, lo que dificulta la prospección de yacimientos energéticos. «Equilibrar la prospección y producción de energía con la gestión responsable de los recursos medioambientales seguirá siendo un reto en los próximos años», añade Kallmeyer. El proyecto PROSPECTOMICS(se abrirá en una nueva ventana), financiado con fondos europeos, contribuye a lograr ese equilibrio.
Formas innovadoras de detectar yacimientos de hidrocarburos poco visibles
La prospección de yacimientos de petróleo y gas en aguas europeas está restringida por una estricta normativa medioambiental, y las perforaciones profundas pueden resultar prohibitivamente caras. Por ello, el equipo del proyecto PROSPECTOMICS decidió explorar la superficie del fondo oceánico. Según Kallmeyer, investigador principal, todos los yacimientos de petróleo y gas tienen algún tipo de fuga. Los hidrocarburos de flujo ascendente pueden provocar múltiples manifestaciones geológicas en la superficie, ya que constituyen una fuente de energía para la vida en el fondo marino. Aunque las filtraciones naturales visibles se han utilizado para la prospección de hidrocarburos, no todas llegan al fondo del océano. «En el subsuelo, niveles bajos de filtración de hidrocarburos pueden provocar un cambio invisible en la estructura de la comunidad microbiana y en los procesos metabólicos, sin que se manifieste visiblemente en la superficie», explica Kallmeyer. «Nuestro objetivo es desarrollar formas innovadoras de detectar estos lugares poco visibles». Esa detección se realizará mediante técnicas «ómicas» de última generación y una biogeoquímica detallada. «Combinando la “ómica” medioambiental con el conocimiento contextual del entorno químico, podremos analizar muestras de sedimentos de los tres metros superiores del fondo marino», señala Kallmeyer.
El aprendizaje automático analiza ingentes cantidades de datos
El uso de estas técnicas ha generado enormes cantidades de datos, que requieren análisis mediante aprendizaje automático y modelos predictivos. Sin embargo, debido a un importante retraso causado por la COVID-19, el proyecto acaba de empezar a profundizar en estos datos. Dicho esto, el proyecto ha aportado algunas conclusiones importantes. Por ejemplo, descubrió que incluso si los hidrocarburos que se filtran de estos yacimientos se han consumido por completo por debajo de la profundidad de muestreo, los microbios de los núcleos de sedimentos recuperados siguen reflejando el aumento del aporte de energía química.
Exploración de hidrocarburos con una alteración mínima del medio ambiente
Aunque aún queda trabajo por hacer, el proyecto PROSPECTOMICS ha creado un verdadero conjunto de datos multiómicos con muestras absolutamente paralelas y que permite realizar comparaciones directas. «Nunca antes se había conseguido una resolución semejante», afirma Kallmeyer. En consecuencia, el equipo del proyecto confía en estar bien posicionado para diseñar una herramienta basada en la biología para la detección rápida y mínimamente invasiva incluso de pequeñas filtraciones de hidrocarburos en sedimentos marinos. «Al proporcionar un conjunto de “huellas dactilares” biológicas, nuestra herramienta puede ayudar a guiar la exploración de hidrocarburos con una perturbación ambiental mínima y a detectar pequeñas fugas en las tuberías», concluye Kallmeyer.