El método de la muestra única transforma el estudio arqueológico textil
Los tejidos arqueológicos contienen información valiosísima sobre las culturas antiguas, las rutas comerciales y la vida cotidiana. Sin embargo, esos valiosos artefactos suelen estar degradados o carbonizados hasta resultar irreconocibles, lo cual dificulta enormemente su análisis exhaustivo. El equipo de investigación PARCA(se abrirá en una nueva ventana), financiado con fondos europeos, está revolucionando el estudio de los textiles arqueológicos. El proyecto desarrolló una metodología innovadora para extraer la máxima información de muestras mínimas, analizando tintes y proteínas a partir de una única extracción.
Una muestra, dos análisis
Durante su posdoctorado, la investigadora del proyecto PARCA, Ilaria Serafini, encontró un artefacto mineralizado con decoraciones de oro y tejidos carbonizados, conservado por el proyecto «Textiles Culture at Pompeii» de la Universidad Sapienza de Roma. «La oportunidad de analizar estos hallazgos era única, pero enseguida me di cuenta de que faltaba una metodología que combinara los dos pilares principales del análisis de tintes y la proteómica (el análisis de proteínas para determinar la composición y el origen de las fibras)», explica Serafini. «Teniendo en cuenta la preciosidad de esos artefactos, era impensable solicitar más de una muestra». La solución de PARCA consiste en un tratamiento único de extracción de colorantes y proteínas en un solo paso, que puede realizarse mediante dos protocolos. El primero usa urea modificada, un medio básico con agentes caotrópicos(se abrirá en una nueva ventana) y reductores. Esos agentes son útiles para extraer tanto queratinas(se abrirá en una nueva ventana) como los tintes, con la adición de un producto químico que ayuda a liberar los tintes de las fibras textiles. El segundo protocolo emplea la extracción rápida con productos químicos especializados a 90 ºC durante 10 minutos. Este doble método permite a los investigadores adaptarse a las diferentes condiciones de las muestras. Cuando los tejidos están bien conservados, el protocolo de la urea es uno de los más eficaces, mientras que el segundo se usa cuando hay contaminación del suelo, un problema habitual en los hallazgos arqueológicos. La metodología reduce el tiempo de procesamiento de los tres o cuatro días habituales a solo uno o dos, sin comprometer la calidad analítica. Tras la extracción en un solo paso, las muestras se analizan mediante espectrometría de masas(se abrirá en una nueva ventana), una técnica que permite identificar cantidades minúsculas de distintas moléculas. Dicho método permite a los investigadores detectar una amplia gama de compuestos, incluidos tintes degradados y proteínas, ofreciendo una visión detallada del estado de los materiales.
Abrir nuevos horizontes a la investigación arqueológica
Realizado con el apoyo de las acciones Marie Skłodowska-Curie(se abrirá en una nueva ventana), el equipo de PARCA permitió a los investigadores inspeccionar hallazgos arqueológicos que hasta entonces habían generado resultados limitados o nulos, como los restos carbonizados. Se han analizado muestras procedentes de Grecia y de las zonas próximas al Vesubio, en particular Pompeya, y los resultados se están procesando actualmente. «Los datos obtenidos de los experimentos con textiles carbonizados han demostrado cómo la metodología desarrollada supera las limitaciones y proporciona información sobre la supervivencia de tintes y proteínas. Ello puede ser un punto de inflexión para que arqueólogos e historiadores reconstruyan la historia de los yacimientos», afirma Serafini. El proyecto también consolidó un cambio institucional más amplio. La Universidad de la Sapienza creó A3TEX(se abrirá en una nueva ventana), un centro de investigación interdisciplinar que reúne a seis departamentos que estudian el patrimonio textil, fomentando la cooperación entre arqueólogos, museólogos, historiadores y otros investigadores. La colaboración de PARCA con el Instituto de Conservación de Museos del Smithsonian, en Estados Unidos, también ha contribuido a establecer nuevas normas para la investigación del patrimonio cultural en todo el mundo. «Las ciencias aplicadas al patrimonio cultural representan uno de los campos analíticos más estimulantes, precisamente por la complejidad de las muestras y el impacto que dichos análisis tienen en el patrimonio artístico y cultural en términos de historia, conservación y legado humano», afirma Serafini. «PARCA marcó el inicio de una nueva forma de trabajar en los estudios textiles, unificando dos ramas —el análisis de tintes y la proteómica— que hasta ahora transitaban por caminos paralelos».