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Aprovechar la grasa corporal para la comunicación neuronal

Utilizando la grasa corporal para enviar señales neuronales entre el cerebro y las prótesis, es posible restablecer la función motora y la sensibilidad.

La tecnología de interfaz cerebro-ordenador(se abrirá en una nueva ventana) (ICO) tiene aplicaciones prometedoras para devolver el movimiento y la sensibilidad a personas con parálisis, enfermedades neurológicas o pérdida de las extremidades. Las ICO permiten la comunicación directa entre el cerebro y un dispositivo externo, por ejemplo un miembro robótico, de modo que los usuarios pueden prescindir de las vías musculares y nerviosas y controlar estos dispositivos solo con el pensamiento. Sin embargo, los sistemas actuales se implantan quirúrgicamente o utilizan cables incómodos y conectores invasivos que aumentan el riesgo de infección.

Comunicación intracorporal a través de la grasa

Para abordar estas limitaciones, el equipo del proyecto B-CRATOS(se abrirá en una nueva ventana), financiado con fondos europeos, desarrolló una tecnología revolucionaria denominada comunicación intracorporal de la grasa (FAT-IBC). En esta novedosa plataforma se utiliza la grasa corporal humana como medio seguro y eficaz para transmitir señales neuronales a una velocidad sin precedentes. «Nuestro objetivo era eliminar las barreras físicas que limitan las ICO actuales, manteniendo al mismo tiempo el alto rendimiento de datos necesario para el movimiento natural y la retroalimentación sensorial», explica Robin Augustine, coordinador del proyecto. El equipo de B-CRATOS descubrió que el tejido adiposo actúa como guía de ondas natural para las señales de microondas, gracias a su baja permitividad y conductividad en comparación con el músculo y la piel. La electrónica implantable, conectada a matrices de interfaces neuronales, adquiere y digitaliza las señales cerebrales y las transmite a través de esta capa de grasa a velocidades superiores a 32 Mbs. El sistema funciona sin baterías voluminosas gracias a la transferencia inalámbrica de energía, lo que garantiza la seguridad y biocompatibilidad a largo plazo.

Comunicación segura en todo el cuerpo

Para evaluar la viabilidad técnica, el consorcio llevó a cabo una serie de estudios de laboratorio y con modelos simulados diseñados para imitar el tejido adiposo. En estos experimentos(se abrirá en una nueva ventana) se demostró que la grasa corporal puede soportar una transmisión segura y de gran ancho de banda, sirviendo como medio de comunicación fiable. La plataforma de B-CRATOS ha sido diseñada para la comunicación bidireccional, lo que facilita tanto la ejecución de órdenes motoras como el suministro de información sensorial en tiempo real. Esta doble capacidad es esencial para los dispositivos protésicos que pretenden restaurar no solo el movimiento voluntario, sino también la sensación táctil y la propiocepción. En comparación con las tecnologías convencionales, FAT-IBC presenta varias ventajas. Elimina la necesidad de conectores percutáneos, funciona sin pilas internas y admite un control diestro a nivel de los dedos. Además, la integración con algoritmos de aprendizaje automático optimiza la descodificación adaptativa, lo que permite un movimiento más intuitivo y naturalista.

Aplicaciones y perspectivas de cara al futuro

Aunque la aplicación más importante de la FAT-IBC es la neuroprótesis, sus implicaciones son mucho más amplias. Además de FAT-IBC, el consorcio de B-CRATOS ha desarrollado múltiples tecnologías facilitadoras, desde descodificadores adaptativos de aprendizaje automático hasta arquitecturas de implantes de bajo consumo, lo que garantiza que el proyecto no solo aporte un avance único, sino una base de innovaciones para dispositivos médicos de próxima generación. La tecnología de B-CRATOS sienta las bases de los ecosistemas de implantes interoperables en los que los dispositivos de monitorización cardiaca, administración inteligente de fármacos, neuromodulación o incluso medicina bioelectrónica puedan comunicarse sin discontinuidad. «Nuestra tecnología abre la puerta a una nueva era de ecosistemas de dispositivos médicos, en la que implantes y ponibles trabajan juntos para monitorizar, tratar e incluso prevenir enfermedades», destaca Augustine. La arquitectura modular de la plataforma tiene una ventaja de comercialización única, ya que sus partes individuales (comunicación inalámbrica, transferencia de energía, descodificación neuronal y electrónica biocompatible) pueden madurar independientemente y dirigirse a distintos mercados sanitarios. En el futuro, el sistema se utilizará en la neuromodulación para el tratamiento del dolor crónico y la rehabilitación. A largo plazo, la visión es generar una red de implantes inteligentes que apoyen la monitorización continua y la medicina personalizada. Como concluye Agustín: «B-CRATOS es más que una ICO, es una plataforma que redefine cómo se comunican los implantes, que crea la infraestructura para las tecnologías sanitarias conectadas que beneficiarán a millones de personas».

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