Skip to main content
Ir a la página de inicio de la Comisión Europea (se abrirá en una nueva ventana)
español español
CORDIS - Resultados de investigaciones de la UE
CORDIS

Article Category

Article available in the following languages:

Novedades acerca de Glassomer: La revolución en el procesamiento del vidrio toma forma

Aunque el proyecto Glassomer terminó a comienzos de 2025, su técnica energéticamente eficiente para fabricar vidrio tan maleable como el plástico ya está revolucionando el sector.

El vidrio se ha utilizado durante miles de años y suele considerarse el material de alto rendimiento más antiguo de la humanidad. No obstante, en los últimos siglos, apenas se han producido innovaciones en la fabricación del vidrio. En 2021, el proyecto financiado con fondos europeos Glassomer(se abrirá en una nueva ventana) se propuso acabar con este estancamiento. «Si miramos atrás a los últimos decenios, es evidente que los polímeros han superado al vidrio en cuanto a rendimiento en una amplia variedad de aplicaciones», comenta Bastian Rapp, coordinador del proyecto y representante de la empresa alemana de vidrio de precisión Glassomer GmbH. «El plástico es mucho más fácil de moldear que el vidrio. Sin embargo, aunque es ligero y puede colorearse, no es tan resistente como el metal ni tan transparente o químicamente inerte como el vidrio». Esto dio lugar a una propuesta interesante: ¿Qué pasaría si el vidrio pudiera moldearse de la misma manera que se moldean los polímeros? Esto permitiría a los fabricantes aprovechar las propiedades del vidrio, pero con la flexibilidad adicional del plástico. «Queríamos comprobar si podíamos aplicar innovaciones de procesamiento, como el moldeo por inyección o la impresión 3D, al vidrio del mismo modo que se hace con un polímero», explica Rapp. «La idea surgió en un laboratorio universitario, antes de dar lugar a una empresa emergente». El equipo de Glassomer desarrolló un nanocompuesto de vidrio: en esencia, un trozo de plástico con multitud de partículas de arena diminutas en su interior. Estas partículas son tan pequeñas que permiten procesar el polímero igual que cualquier otro material plástico. «Una vez definida la forma, basta con eliminar el plástico», añade Rapp. «El resultado es un material que parece tiza y es sorprendentemente rígido. Después se introduce en un horno y se calienta, de modo que las partículas de arena se funden entre sí para formar vidrio».

Inversión en infraestructuras de procesamiento de polímeros

El proyecto Glassomer (Glassomer – A Revolution in Glass Processing) se puso en marcha para ayudar a la empresa homónima a demostrar que su proceso funciona a escala industrial. Esto implicó no solo invertir en infraestructuras de procesamiento de polímeros, sino también incorporar conocimientos especializados en campos como el moldeo por inyección. «Queríamos demostrar que este proceso puede utilizarse en infraestructuras de última generación y producir cientos de miles de componentes», comenta Rapp. «Procedemos del ámbito de la tecnología profunda, así que necesitábamos personas con distintas competencias. Ahí fue donde el proyecto europeo nos resultó realmente útil». El material demostró ser compatible con todo tipo de técnicas: desde el moldeo por inyección y la fabricación por adición hasta los procesos sustractivos clásicos, como el taladrado y el fresado. Otra ventaja importante es que requiere mucha menos energía que otras tecnologías de fabricación de vidrio y genera considerablemente menos CO2. Glassomer es hoy una pyme plenamente consolidada y reconocida como un importante agente innovador en el procesamiento del vidrio. La empresa ha pasado de ser una empresa emergente con unos pocos miembros fundadores a contar con unos veinte trabajadores. Dispone de tres máquinas de moldeo por inyección de gran escala, además de equipos de posprocesamiento. «Todo esto es fruto de la confianza que nos ha dado este proyecto», comenta Rapp. «Para nosotros supuso un gran salto, y no lo habríamos arriesgado sin la ayuda de la subvención Acelerador(se abrirá en una nueva ventana) del Consejo Europeo de Innovación. Escalar un proceso conlleva muchísimos retos». La base de clientes de la empresa es muy diversa: abarca desde sectores tradicionalmente vinculados al vidrio, como la óptica de precisión, hasta ámbitos como el material de laboratorio especializado o los componentes para automoción. «En estos momentos trabajamos para consolidar nuestra posición en el sector y seguir ampliando nuestras capacidades de fabricación», concluye Rapp. «Aún somos relativamente jóvenes en el ámbito de la ciencia de los materiales, así que debemos demostrar que podemos competir y seguir creciendo de forma constante». «Tras la pista de...» destaca los proyectos financiados por la Unión Europea que ya han concluido, así como los logros alcanzados más allá de la financiación europea. Si quiere que su proyecto aparezca en la sección «Tras la pista de...», envíenos un correo electrónico a editorial@cordis.europa.eu explicándonos por qué deberíamos elegirlo.

Mi folleto 0 0