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Papá Noel trae malas noticias sobre algunos de nuestros alimentos favoritos

¿Aún hay tiempo para salvar caprichos tan apreciados como el café, el chocolate y el vino?

Lo cierto es que cultivos de lujo como las uvas, el café y el cacao siempre han dependido de climas muy frágiles para crecer. Pero con el cambio climático, el delicado equilibrio de temperatura, precipitaciones y humedad necesario para su cultivo se hace cada vez más difícil. ¿Podemos imaginar unas vacaciones en las que no se sirva café, chocolate o vino? Sin embargo, en un tono más serio, los medios de subsistencia de muchos millones de personas se ven amenazados. Las consecuencias económicas también son enormes, teniendo en cuenta que estos valiosos productos sustentan industrias globales que valen cientos de miles de millones de euros. La industria del chocolate de la Unión Europea se enfrenta a la mayor amenaza por ser el mayor productor y exportador del mundo.

¿La solución es la ingeniería climática?

Un equipo de investigadores de la Universidad Estatal de Colorado en Estados Unidos quiere prevenir estos resultados devastadores analizando una tecnología experimental conocida como inyección de aerosol estratosférico (SAI, por sus siglas en inglés). Este método enfría el planeta liberando pequeñas partículas llamadas aerosoles en lo alto de la atmósfera. Dichas partículas reflejarían una pequeña cantidad de luz y calor del Sol hacia el espacio para reducir las temperaturas globales y desacelerar el cambio climático. Los científicos del clima advirtieron que incluso la revolucionaria SAI podría no ser suficiente para salvar cultivos importantes. Pero los investigadores no se desanimaron y crearon modelos climáticos para ver cómo la SAI podría afectar las condiciones entre 2036 y 2045 en 18 regiones clave para el cultivo de uvas, café y cacao en Europa, Sudamérica y África Occidental. Evaluaron la idoneidad de los cultivos en función de la temperatura, las precipitaciones, la humedad y el riesgo de enfermedades. Los resultados mostraron que si bien la SAI podía reducir las temperaturas, no garantizaba de manera confiable las condiciones estables o favorables necesarias para el crecimiento de esos cultivos. Solo seis regiones mostraron una mejora constante en comparación con situaciones en las que no se utilizó la SAI. En parte, el proceso resultó ineficaz porque no fue capaz de hacer frente con éxito a las precipitaciones, ya que las lluvias torrenciales, las inundaciones y la humedad también afectan gravemente a estos cultivos. Los hallazgos fueron publicados en la revista «Environmental Research Letters»(se abrirá en una nueva ventana).

Más que una simple intervención climática

«Reducir la temperatura solo con SAI no es suficiente», comentó la coautora y científica atmosférica Ariel Morrison en un comunicado de prensa(se abrirá en una nueva ventana). «Por ejemplo, las especies de cacao, si bien son más tolerantes a las altas temperaturas que el café y las uvas, son muy susceptibles a las plagas y enfermedades causadas por una combinación de altas temperaturas, precipitaciones y humedad. Tampoco se puede ignorar la variabilidad climática natural, ya que genera una amplia gama de resultados en el mismo escenario de SAI que podrían afectar los medios de vida de los agricultores que cultivan cacao, café y uvas». Por lo tanto, la SAI no es la solución a largo plazo ni puede solucionar los problemas que afectan a los agricultores involucrados en estos cultivos. «La intervención climática de la SAI puede ofrecer un alivio temporal al aumento de las temperaturas en algunas regiones, pero no es una solución garantizada para los desafíos que enfrenta la agricultura de cultivos de lujo. Las estrategias de adaptación diseñadas a las condiciones locales, la inversión en prácticas agrícolas resilientes y la cooperación global son esenciales para salvar estos cultivos y las comunidades que dependen de ellos», concluyó Morrison.

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