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European initiative for a Citizen digital ID solution

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Historia personal digital todo incluido

Pertenecer a una nación avanzada tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Uno de los inconvenientes es el volumen de papel necesario para hacer las cosas. Un asunto simple como probar quiénes somos puede llegar a ser una pesadilla logística. Afortunadamente una nueva tecnología ofrece soluciones simples que podrían convertir este aspecto de la sociedad en un dulce sueño.

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La simplicidad es con demasiada frecuencia la víctima de las instituciones modernas que exigen identificación. Prueba de nacimiento, prueba de estado civil, prueba de ciudadanía, prueba de religión, prueba de empleo, prueba de residencia, etcétera, etcétera. Para una época en que la información es vital parece que no hay nada más importante que la prueba de existencia. El simple "Pienso, luego existo" no funciona, a menos que tenga los papeles para probarlo. Afortunadamente de entre las montañas de papeleo, por no mencionar la avalancha de costes administrativos, emerge una solución que debería racionalizar y simplificar todo esto. Desde registros médicos hasta antecedentes criminales, de los carnets de conducir a los balances financieros, desde el lugar de nacimiento hasta el color de los ojos, una solución electrónica integral podría estarse creando. Actualmente la solución pertenece a un concepto llamado el carnet de identidad electrónico. La tarjeta electrónica de ID no es algo desconocido, basada en el mismo principio que las tarjetas de crédito o las tarjetas de socios que proporcionan servicios similares. Lo que se busca es que el carnet de identidad electrónico sea exhaustivo tanto en los datos contenidos como en su amplitud de uso. Este uso, se pronostica, reducirá sustancialmente la molestia y los costes de generar tanto papeleo que es el procedimiento estándar para la mayoría de las burocracias actuales. Dispuesto a ser algo más que una mera tarjeta de información, el carnet ID contiene datos personales sustentados por una amplia infraestructura de conocimientos tecnológicos. Será adecuado para una serie de transacciones con clientes, incluyéndose operaciones bancarias y compras. Actualmente en fase de pruebas en Finlandia y Bélgica, la tarjeta tiene perspectivas de capitalizar su éxito en opciones de compatibilidad dentro de un contexto paneuropeo más amplio y de contribuir finalmente a elevar el nivel de facilidad de uso y reducir el de frustración de vivir entre montones de papeles.

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