¿Corren los europeos el riesgo de sufrir un infarto de miocardio? Un estudio realizado recientemente revela la influencia de los hábitos alimenticios y el estilo de vida en la preponderancia del riesgo cardiovascular en las tres comunidades europeas. La información obtenida echa por tierra las creencias comunes y se prevé que contribuya de una forma importante a las políticas públicas sanitarias, nacionales y europeas. Salud El proyecto IMMIDIET elaboró un cuestionario sobre estilos de vida, en el que se incluían hábitos alimenticios, hábitos de fumadores y actividades físicas, que se tradujo a varios idiomas. Este cuestionario se distribuyó entre cuatro grupos diferentes de personas de ambos sexos y la misma edad. Los grupos estaban formados por 270 parejas belgas en Bélgica, 270 parejas italianas en Italia, 270 parejas británicas en Reino Unido y un grupo de 270 parejas mixtas (un miembro italiano y el otro belga) en Bélgica. Uno de los descubrimientos más interesantes fue que el “gradiente Norte-Sur” de riesgo, y consecuentemente de mortalidad por enfermedades cardiovasculares, ha desaparecido casi completamente. Aunque se pensaba que los británicos presentaban un riesgo mayor de padecer enfermedades cardiovasculares, su estilo de vida constantemente variable puede contribuir a disminuir el riesgo, especialmente en determinadas regiones. Hay que señalar que los datos obtenidos no son representativos de la totalidad del país, pero pueden reflejar perfectamente los hábitos alimenticios nacionales. También se observó un aumento en la presión sanguínea de las parejas de Inglaterra a las de Bélgica e Italia, que se puede deber al aumento registrado del consumo de sal. Esto se identificó con ayuda del indicador correspondiente, la excreción urinaria de sodio, y resultó más evidente en las mujeres que en los hombres. Cuanto mayor es el consumo de sal en la dieta, mayor es el nivel de presión sanguínea y, por tanto, mayor el riesgo de sufrir un infarto, sobre todo entre las mujeres italianas. Al contrario de lo que se cree generalmente, que existen grandes diferencias en los hábitos alimenticios de los grupos regionales, parece que existe cierta tendencia a la homogeneización de la nutrición entre los europeos. No obstante, existen grandes diferencias en cuanto a fumar y realizar ejercicios físicos: en este sentido, los italianos son los que menos atención prestan a estos factores de riesgo. Además, también se observó que la genética no juega un papel importante en la determinación del riesgo, salvo que también se tome en cuenta el medio ambiente. Las parejas mixtas presentan un mejor perfil de riesgo, ya que parece que la migración y la integración promueven hábitos de vida saludables. Se ha desarrollado una base de datos anónima y un Banco Biológico de muestras de orina, suero, plasma y ADN con información sobre 2.050 cuestiones relativas a las parejas candidatas. Para contribuir a la realización de prácticas de investigación similares y promover los hábitos saludables, se puede visitar la web del proyecto en la siguiente dirección: http://www.moli-sani.org/progetti/immidiet_site
