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Contenido archivado el 2024-05-18
A risk assessment of cryptosporidium parvum, an emerging pathogen in the food and water chain in europe.

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El peso de la contaminación del agua y los alimentos

Se ha realizado una evaluación de riesgo semicuantitativa con escenarios de referencia e hipótesis para el peor de los casos en relación con el patógenos emergente Cryptosporidium parvum y su impacto en la industria de la alimentación y el agua.

Los estudios consistieron en un examen del potencial infecciosos y la capacidad de supervivencia del C. parvum en la carne de vacuno, el agua y la lechuga. Se tuvieron en cuenta varios factores, como la calefacción, la refrigeración y los conservantes químicos y su impacto en el parásito. El modelo se basó en la distribución y la incidencia del C. parvum en el suministro de agua y alimentos, así como en el potencial de reducción de ooquistes que pudiera presentar cualquier tratamiento. Además, se estudió la cantidad de agua o alimentos contaminados consumidos en proporción a la gente expuesta a los mismos y que posteriormente enfermó. Por tanto, tras identificar y caracterizar el riesgo, evaluar la exposición al mismo y clasificar el riesgo asociado, se reunieron algunas pruebas concluyentes. Uno de los principales descubrimientos en cuanto al agua es que el riesgo es menor en el agua potable, según las condiciones de referencia estudiadas. El agua contaminada suele proceder de zonas donde las fuentes hidrológicas no están protegidas y hay ganado, restos animales o residuos líquidos de las tierras de labranza en las inmediaciones. En el caso del vacuno, el mayor riesgo procedía de la contaminación de las heces. No obstante, se descubrió que congelar, descongelar y cocinar la carne reducía de forma considerable las propiedades del parásito y, por tanto, el riesgo. Con la lechuga, la contaminación inicial procedía una vez más del abono animal, así como de los residuos líquidos de la agricultura como consecuencia de la lluvia. El modo de reducir el riesgo de contaminación en la lechuga es lavarla, quitar las hojas de la capa exterior y estar al tanto de la caducidad y de la temperatura de conservación. Ahora que se han desarrollado métodos rutinarios para aislar, detectar y clasificar el C. Parvum en los alimentos y el agua, su aplicación se puede extender a los estudios epidemiológicos y de inoculación. Además, se pueden desarrollar más estrategias prácticas para controlar el patógeno en la industria de los alimentos y el agua.

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