Los niños nacidos mediante IVF obtienen el visto bueno
Una de las tecnologías más recientes, la inyección intracitoplásmica del esperma (ICSI), aborda el problema de la esterilidad masculina. El método consiste en inyectar un solo espermatozoide en un óvulo maduro; los óvulos se implantan después en el útero. Actualmente, el método ICSI se usa en más de 750 lugares de Europa. A pesar de la esperanza que brinda ICSI a las parejas estériles, hay algunos problemas relacionados con su seguridad a largo plazo. Dado que la calidad del esperma utilizado para fertilizar el óvulo durante el proceso de ICSI y en circunstancias normales puede variar drásticamente, existen dudas sobre el impacto de la calidad del esperma en la salud y el desarrollo de los niños. El proyecto ICSI-CFO, financiado con fondos comunitarios, trató de determinar los efectos a largo plazo de ICSI en la salud familiar y de los niños. Se evaluaron un total de 1523 niños en Reino Unido, Bélgica, Suecia, Dinamarca y Grecia. El estudio demostró que no existen efectos asociados a la técnica ICSI, y que, realmente, esos niños eran niños sanos. Los investigadores pretenden realizar un seguimiento de este estudio, para lo cual continuarán investigando a estos niños en su paso a la edad adulta. Por tanto, se prevé que el apoyo a esta línea de investigación obtenga información importante sobre los tratamientos de IVF y sus posibilidades.
