Nuevo biomarcador para la contaminación de las aguas costeras
La contaminación de nuestros ríos y océanos cada vez es más preocupante. Las concentraciones y el contenido de los componentes biológicos y químicos de nuestros sistemas hidrológicos son dinámicos y cambian constantemente. Es imprescindible poder determinar los niveles de contaminación de forma constante con una prueba fiable pero al mismo tiempo de fácil aplicación. El objetivo general del proyecto europeo GENIPOL era desarrollar herramientas basadas en genomas para identificar y cuantificar los contaminantes orgánicos en las aguas costeras. Los ensayos fueron desarrollados sobre la base de que los organismos que viven en un hábitat expresan determinados genes en función de los contaminantes que encuentran y que por tanto detoxifican. Científicos del laboratorio de investigación limnológica y oceanográfica de Israel estudiaron la detección y cuantificación del citocromo P4501A en el hígado de la herrera. Esta proteína es un importante indicador de la contaminación orgánica y por tanto se puede usar para detectar niveles bajos de contaminantes. El método analítico seleccionado fue el del ensayo inmunoabsorbente ligado a enzimas (ELISA), que está basado en la producción de un complejo anticuerpo-anticuerpo. El procedimiento es sencillo pero el problema era que el citocromo P4501A es una proteína de la membrana y por eso no sirve en su forma original para la prueba ELISA. El equipo decidió entonces producir una versión modificada de la proteína para que fuera soluble y pudiera ser objeto de la prueba en la primera parte. De este modo, la proteína nativa podría utilizarse en la segunda parte de la prueba, cuando se determina su concentración. El ámbito de aplicación de la biomonitorización con biomarcadores de este tipo es muy amplio. Proporcionando la proteína modificada y los anticuerpos necesarios para las pruebas, se pueden obtener equipos comerciales para determinados contaminantes.