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Novel tools for developing fusarium resistant and toxin free wheat for europe

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Cultivo inteligente de plantas

La mejora de las estrategias de selección para acelerar el cultivo de variedades resistentes a patologías podría llevar a cultivares de trigo de más calidad y a condiciones mejores para los agricultores y los consumidores europeos.

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La presencia del hongo que causa la fusariosis de la espiga (FHB) en el trigo y la avena da lugar a infecciones de la planta y a micotoxinas, que pueden infiltrarse fácilmente en la cadena alimentaria y repercutir en la seguridad de los alimentos. El proyecto FUCOMYR se estableció para investigar qué puede hacerse al respecto y crear métodos nuevos para cultivar trigo resistente al hongo Fusarium y exento de toxinas. En el proyecto participó un consorcio formado por institutos de investigación y PYME del sector del cultivo del trigo. Se realizaron experimentos durante tres estaciones en cinco lugares en distintas ubicaciones de Europa para caracterizar la resistencia al FHB en las plantas. En el experimento se empleó inóculo de Fusarium, que se aplicó rociándolo directamente sobre la cabeza de la planta o depositando detritos de Fusarium en la superficie del suelo. Se analizaron genotipos de trigo, principalmente de invierno, pero también de primavera, de distintas fuentes. Se hicieron comparaciones de la resistencia, concretamente la resistencia contra la penetración en la espiga (tipo I) y la resistencia contra el crecimiento fúngico posterior a infección (tipo II). Se detectaron diferencias muy significativas entre distintas líneas de resistencia al FHB. Las líneas de resistencia más prometedoras fueron empleadas por agricultores particulares en programas de cruce. Además se dispone de los datos de resistencia relativos a líneas concretas, que pueden ser comparados por quien esté interesado. Los hallazgos de este proyecto servirán directamente para mejorar las técnicas de inoculación artificial empleadas hasta ahora. A largo plazo este método permitirá producir cultivares de trigo de gran calidad, lo cual potenciará la competitividad de los agricultores europeos en los mercados de producción de cereales tanto de su país como a nivel mundial. El cultivo de plantas más sanas y con menos riesgo de padecer infecciones por micotoxinas revertirá también en una dieta más sana para el consumidor.

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